La controversia de Valladolid

Fotografía obtenida de domuspucelae.blogspot.com

Sinopsis
En un convento de Valladolid , en 1550, se debate una cuestión fundamental: ¿Los Indios del Nuevo Mundo son hombres como los otros? Es preciso responder de una vez por todas. Dos hombres se enfrentan. Uno de ellos es un filósofo llamado Juan Ginés de Sepúlveda, para él, como para Aristóteles, ciertos hombres son esclavos natos, lo que importa es la salud del alma. El otro es Bartolomé de las Casas, ardiente protector de los Indios. Debate inflamado, barroco, profundo y premonitorio. De la decisión tomada por el Legado del Papa va a depender, por los siglos, la suerte de decenas de millones de hombres.

Breve reseña histórica
En 1538 el padre Las Casas y su secretario el padre Rodrigo de Ladrada, viajaron a México para participar en el capítulo de la orden dominicana. Concluido éste, ambos se embarcaron con rumbo a España. Allí, a principios de 1540, Las Casas obtuvo que se expidieran varias reales cédulas que favorecían los trabajos de su misión en Tezulutlán. Por ese tiempo escribió su célebre Brevísima relación de la destrucción de las Indias, así como la obra que se conoce como "Los dieciséis remedios para la reformación de las Indias." Residiendo en Valladolid, estuvo en contacto con el emperador Carlos V (el rey español Carlos I), al que había conocido veinte años antes. Éste, prestando oídos a las demandas de Las Casas, convocó a las que se conocen como Juntas de Valladolid en las que fray Bartolomé, según se dice, presentó su Brevísima relación de la destrucción de las Indias y los ya mencionados Dieciseis remedios . En 1550 en el convento de San Gregorio se debate sobre si los pobladores del nuevo mundo tienen alma o no , Fray Bartolome de las Casas y D. Gines Sepulveda son los protagonistas de este debate.

Ginés de Sepúlveda comenzó su exposición manifestando
su oposición a las Nuevas Leyes de Indias de 1542,
proponiendo en su tesis "De justis belli causis apud indios"
(Foto superior)

Resolución del debate (1)
Tras la enconada discusión de las dos partes, la Junta que debía resolver el conflicto no estableció una resolución final a favor de ninguna de las teorías, por lo que ante la falta de un veredicto los dos bandos se consideraron vencedores, aunque con el tiempo acabarían prevaleciendo las ideas "lascasistas". Esta falta de resolución pone de manifiesto que el trasfondo del debate no respondía a la mala conciencia de unos monarcas a los que una serie de clérigos con buenas intenciones exponían su visión, sino al deseo del rey de justificar ante las monarquías europeas la verdadera colonización de América. Es cierto que tras la Controversia de Valladolid se produjeron en algunos territorios las llamadas "pacificaciones" y que se pararon las conquistas, pero en ese momento las importantes civilizaciones precolombinas de México y Perú ya habían sido conquistadas y se habían consumado los oscuros sucesos por parte de algunos conquistadores.

Fotografía obtenida de domuspucelae.blogspot.com

No obstante, un hecho muy destacable fue la celebración de la controversia en sí misma, puesto que supuso un debate público sobre el sometimiento de pueblos en otras latitudes por parte de los colonizadores. Un hecho muy importante, sobre todo para un país como España, que después sería tan defenestrado por la leyenda negra. En definitiva, un debate pionero sobre derechos humanos que nunca se produjo en otros países colonizadores, tales como Francia, Holanda o Inglaterra, del que la ciudad de Valladolid fue testigo y escenario en la histórica controversia que con el tiempo ha sido recreada en el cine y el teatro.



-Fuente: http://www.rayuela.nu/controversia.htm
- (1): http://domuspucelae.blogspot.com/2009/12/historias-de-valladolid-la-controversia.html

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Te felicito por tu entrada sobre la Controversia de Valladolid. Pero hay algo que queda pendiente, no claro en tu exposición sobre el desenlace de la Controversia. No es que se cambió a la política de "pacificación" (nombre perverso por encubridor) sino que el hecho mismo de que ya se hubiese conquistado lo conquistable hacía políticamente necesario pasar a otro tipo de estrategia. De paso, se daba la impresión de que se dulicificaba la cosa. De cara a la galerái, claro. Antonio.