Los patios olvidados


Por María Sánchez Agustí
En el pasado, Valladolid no fue una villa cualquiera. Desde muy temprano, antes de ostentar la categoría de ciudad, se convirtió en lugar predilecto de los reyes, que establecieron en ella su residencia durante largos periodos de tiempo. Fue, también, asiento de importantes instituciones como la Real Chancillería, el Tribunal de la Inquisición o la Universidad. Esto motivó que un elevado número de casas nobiliarias y funcionarios de alto nivel erigieran aquí, principalmente en los siglos XV y XVI, sus palacios. En todos ellos, el elemento principal que los diferencia de otras viviendas urbanas más modestas es un patio.



¿Para qué sirven?
El patio actúa como elemento organizador del espacio. A su alrededor se disponen las diversas dependencias domésticas, garantizando la intimidad de la vida familiar a la vez que las estancias reciben luz y ventilación. También era el lugar destinado al abastecimiento de agua, pues en su centro solía instalarse el pozo.

¿Qué forma tienen?
Normalmente son de planta cuadrada, aunque en algunos casos presenten forma irregular para adaptarse a la trama urbana. Esto ha sido interpretado como un triunfo de los intereses comunes de la ciudad sobre los particulares de las clases privilegiadas.

Palacio Arzobispal

¿Cómo son los elementos que los definen?
Hay ejemplos de patios porticados en sus cuatro lados, pero más abundantes son aquellos en los que uno o incluso dos aparecen cegados. Las columnas o los pilares con la planta “de ochavo”, son los elementos más utilizados para la sujeción del segundo piso, que puede apoyarse directamente sobre ellos o a través de un sistema de arcos. Este segundo piso puede presentar también arquerías pero en muchos casos aparece cerrado y con ventanas.
Las características constructivas y ornamentales de los patios fueron variando a lo largo del tiempo de acuerdo con los gustos estéticos de los grupos sociales, por lo que, a través de ellos, podemos apreciar los diferentes estilos artísticos imperantes en la ciudad según los momentos: gótico, renacentista, herreriano…

Palacio de Fabio Nelli

¿Cuántos había?
Quizá el número de cuatrocientas casas-palacio que referencia Pinheiro a comienzos del siglo XVII, resulte algo exagerado, pero indudablemente este esquema de ocupación configuró importantes áreas del tejido urbano de Valladolid.
En 1948 el profesor Martín González documenta unas 140 casas con patio, contabilizando las que ya habían desaparecido y las existentes en esa fecha.

Palacio Pimentel (Diputación)

¿Qué ha pasado con ellos?
A partir de 1605, con el traslado definitivo de la Corte a Madrid, la ciudad se sume en una profunda crisis. La mayoría de los nobles cierran sus casas y se aposentan en la capital. Los palacios son abandonados o convertidos, con el transcurso de los años, en casas de inquilinos de escaso nivel social.
Su grandeza y magnificencia impedían al propietario, que vive en la corte, vender o alquilar el edificio entero, por lo que sus espacios se tabican y subdividen para se alquilados a mayor número de familias posible.
Los patios nobiliarios, pues, se transforman en patios de vecindad, comenzando un largo camino hacia el deterioro y la utilización degradante de su espacio: habitaciones añadidas, encerraderos, tabiques entre columnas, tendederos…Poco más de una docena ha logrado sobrevivir junto con el edificio del que forman parte y constituyen una parcela importante del patrimonio monumental de la ciudad (Palacio Arzobispal, Palacio de Pimentel (Diputación), Palacio de Fabio Nelli…) pero la mayoría ha sucumbido a la piqueta demoledora del desarrollismo sin dejar huella.

C/ Guadamacileros nº 9

Algunos, más “afortunados” han sido engullidos por una especulación urbana más “respetuosa” que los ha conservado, englobándolos en las nuevas edificaciones. Así, respetados pero olvidados, los antiguos patios de las casas nobiliarias, no cumplen la función para la que fueron creados, pero constituyen un elemento artístico de gran valor y, sobre todo, una fuente documental de primer orden para el conocimiento de nuestro pasado urbano. Merece la pena, por tanto, que realicemos una pequeña excursión a través de ellos.

-Fuente: Valladolid para pensar. Tesoros al descubierto. María Sánchez Agustí. ISBN: 84-87473-21-0

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
en la calle alonso pesquera hay un palacio en obras que es de unas monjas con un patio renacentista que es una chulada
Louisette ha dicho que…
Wonderfull paleis, greeting from Belgium