El antiguo Sanatorio Antituberculoso de Valladolid

El Sanatorio de Valladolid estaba en la calle de Muro y tenía en su fachada algunos
rótulos que invitaban a prevenir con higiene y tratamiento la cruel dolencia
Foto: Colección Fundación Joaquín Diaz

La lucha contra la Tuberculosis en Valladolid durante el siglo XX tuvo en el Doctor Leopoldo Cortejoso –humanista, escritor y académico- su principal activo. Algunos de sus escritos (El dolor en la vida y el arte: ensayos médico-biográficos sobre tuberculosos célebres o La enfermera en la lucha antituberculosa, por ejemplo) descubrieron la especial sensibilidad de las personas que sufrían una enfermedad que, a su juicio, provocaba más dolor en el alma que en el cuerpo.



El centro en la actualidad

La tuberculosis fue la principal causa de mortalidad, particularmente entre las clases menos favorecidas, hasta que la superó el cáncer a comienzos del siglo XX. La Reina Victoria Eugenia patrocinó e inauguró algunos sanatorios que se fueron construyendo en España en las primeras décadas del siglo pasado. El de Valladolid estaba en la calle de Muro y tenía en su fachada algunos rótulos que invitaban a prevenir con higiene y tratamiento la cruel dolencia.

Fotografía publicada en la revista Blanco y Negro el 28-09-1919, con motivo de la inauguración del dispensario.


Fue inaugurado el 21 de Septiembre de 1919 con el nombre "Real Dispensario Antituberculoso Victoria Eugenia" por iniciativa y gestiones del entonces Director de Sanidad de esta provincia el Exmo. Sr.Don Román Durán, el cual fue su primer director. Tras ser clausurado, estuvo en desuso muchos años, siendo reformado y convertido en el año 1983 en el actual Centro de Educación de Personas Adultas Muro.



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-Fuente: Álbum de Valladolid (Joaquín Díaz). ISBN: 978-84-938164-0-7

Comentarios

La Turca y sus viajes ha dicho que…
Hola!!!!
Vengo a lelicitarte amig@, haz quedado tercero............bien.
Un abrazo de oso.
Anónimo ha dicho que…
Siempre me ha impresionado la silueta de este edificio, sobre todo por la noche. Parece sacado de una película de terror, aunque la realidad, la enfermedad de la tuberculosis ya era de por sí terrorífica entonces.