La inauguración del monumento a Onésimo Redondo


Se han cumplido 50 años de la inauguración del monumento a Onésimo Redondo. El hecho de que se encuentre en el estado en que se encuentra es la demostración más clara de los rencores que todavía subyacen en nuestra sociedad y de lo polarizado que está el tema político. Con esto no estoy reivindicando su rehabilitación (Dios me libre), me refiero a que el hecho de que a lo largo de estos últimos decenios, desde la instauración de la democracia, ninguna administración local haya tenido el valor de rehabilitarlo o demolerlo convierte a este monumento en el ejemplo más claro de lo dividida que está nuestra sociedad. Deberíamos pararnos a pensar en ello y reflexionar. Ya va siendo hora de pasar página.
Y ahora vamos a recordar qué ocurrió ese día.

La inauguración del monumento
Más de sesenta mil personas, entre las que figuraban unos veinte mil falangistas, a los que se unieron los llegados de muchas provincias de España, estuvieron presentes en la inauguración del monumento homenaje a Onésimo Redondo sobre el alto del cerro de San Cristóbal, a cinco kilómetros del centro de la capital vallisoletana.


Eran las seis y media de la tarde del 25 de julio de 1961, Francisco Franco coronaba el Cerro de San Cristobal, acompañado en su coche por el ministro secretario general del Movimiento, don José Luis Ruiz. En otro coche seguía el ministro de Información y Turismo, don Gabriel Arias Salgado y diversas autoridades.


Despues de ser cumplimentado por el ministro de Agricultura y demás personalidades, Franco pasó revista a la compañía del regimiento de Infantería San Quintín, que le rindió honores.
Seguidamente ocupó la tribuna presidencial acompañado del ministro secretario general del régimen, el de Agricultura y el de Información y Turismo; arzobispo de la diócesis, capital general de la Región, gobernador civil de la provincia y primeros y segundos jefes de las Casas Militar y Civil.

El monumento en la actualidad

El arzobispo de la diócesis, doctor García Goldáraz efectuó la bendición del monumento de 31 metros de altura, en la que sobre una amplia escalinata, se levantan, en bronce, las esculturas de Onésimo Redondo y de un campesino, un obrero, un estudiante y un combatiente, dando fondo al conjunto un emblema de Falange de 16 metros de altura. A continuación el Gobernador Civil y el Ministro de Agricultura pronunciaron sus respectivos discursos.
A continuación habló el ministro secretario general del Movimiento y por último lo hizo Jefe del Estado.
El monumento fue derribado en febrero de 2016.  El grupo escultórico, cuyo peso ronda las seis toneladas, fue desmontado para su posterior traslado temporal a un almacén del Ministerio de Cultura situado en Alcalá de Henares, y su ubicación definitiva en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca.

Así lo vieron en el noticiario NODO





-Fuente: Diarios ABC y La Vanguardia (25-07-1961)

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Como bien has dicho, al margen de la política, me ha gustado la entrada, desconocía la mayoría de los datos, y siempre viene bien saber un poco más de tu ciudad.
Saludos!!
Álvaro Alonso ha dicho que…
Muy buena información. Lo único creo que hay un dato incorrecto. No fue el día 25, si no el 24 que era lunes. Más que nada lo digo porque tengo aquí las hojas del periódico que salió el mismo día 25. Estoy haciendo un reportaje sobre el cerro y ahora mismo estoy muy documentado jeje. Para más información no dudaré en responder.
jass ha dicho que…
¡Fantástico reportaje! Hay muchos datos que no conocía. Enhorabuena por el blog.
edublan ha dicho que…
Un señor que fusilaba cerca de 40 personas al dia durante la guerra civil, en mi opinión no es un martir. Lo que deberían hacer es demoler ese monumento a la estupidez humana que consiste en justificar lo injustificable ( la guerra civil y sus miserias mas grandes ) y dejar de apoyar a quienes tenían las manos manchadas de sangre, por mucho que murieran despues a manos de otros asesinos.
lereloan ha dicho que…
El ministro secretario general del movimiento era José Solis Ruiz.