El primer edificio de la Universidad del que tenemos noticias de su entidad arquitectónica es el construido a finales del siglo XV, tras el traslado de la institución desde la Colegiata hasta su nuevo emplazamento. Constaba de un claustro de cuatro lados, al que se abrían las aulas, y una capilla tardogótica de cierta magnitud. Al claustro se entraba por una portada, también tardogótica, que se abría a la calle Librería.
A principios del siglo XVIII, este edificio resultaba insuficiente, por lo que se amplió con otro claustro cuadrangular, con cuatro galerías, al que se abrían varias aulas construidas en el mismo momento. Cerrando el conjunto a la plaza de Santa María (hoy plaza de la Universidad), se realizó una una interesante fachada barroca proyectada por el carmelita Fray Pedro de la Visitación y que se construyó en 1715.
Dibujo de Miguel Ángel Soria
En ella se encuentran distintos grupos escultóricos de calidad y que representan alegorías de las materias que se impartían en el edificio. Es de destacar el cuerpo central, organizado por cuatro columnas gigantes y rematado por una gran peineta. En la balaustrada se disponen cuatro esculturas que representan a los reyes que favorecieron a la Universidad vallisoletana.
Este conjunto, formado por estos dos claustros, el del siglo XV y el del XVIII, sus aulas respectivas y otras edificaciones anexas, como la capilla o la torre del reloj -construida en el siglo XIX-, subsistió hasta 1909.
En 1909, y con gran polémica, se decidió derribar el antiguo edificio (incluyendo la portada del siglo XV que se abría a la calle librería), para construir un nuevo edificio siguiendo líneas eclécticas y proyectado por el arquitecto Teodosio Torres. De este derribo sólo se salvó la fachada barroca de Fray Pedro de la Visitación y parece ser que la idea inicial contemplaba también su destrucción. El proyecto de Torres planteaba un edificio universitario con dos claustros, como el preexistente.
Estatua homenaje a Cervantes situada enfrente del edificio de la facultad
Su organización se efectuaba mediante una caja de escalera situada entre ambos claustros y una gran vestíbulo que se abría a la la calle Librería. La fachada del edificio universitario a esta calle se basaba en una reinterpretación de la fachada barroca de Fray Pedro, pero utilizando elementos decorativos provenientes del plateresco, barroco, neoclasicismo y grandes huecos propios de la mentalidad higienística de la época. A un lado de la fachada se encontraba la torre del observatorio y a otro, la nueva torre del reloj que solucionaba la esquina entre la plaza de la universidad y la calle librería.
El proyecto poseía algunos problemas no solucionados: se construía una grandiosa fachada representativa a una calle estrecha como era la de la librería, por lo que estaba ahogada, y la fachada barroca se encontraba incorporada al edificio de manera muy torpe. En 1939, este edificio sufre un incendio. Para paliar el problema de la integración de la fachada barroca en el edificio de Torres, Constantino Candeira proyectó en 1939 una gran escalera y vestíbulo, siguiendo líneas historicistas, a los que se accede mediante la fachada barroca.
Esta escalera es una muestra de la arquitectura triunfalista e historicista propia de la Posguerra española. En 1968 se realizan las últimas obras que conforman el actual edifico, derribando el segundo claustro y construyendo en el solar del mismo, un edificio de cinco plantas para alojar al alumnado, cuyo número había crecido considerablemente en los años 60, colapsando el edificio de Torres, pensado para un alumnado mucho menos numeroso. En esta misma reforma, se derribó la torre del observatorio de Torres y el grandioso paraninfo de 1909. También la fachada de la calle Librería fue entonces remodelada, perdiendo el ropaje historicista de Torres. El nuevo paraninfo se construyó flanqueando la fachada de Fray Pedro de la Visitación por uno de sus lados.
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