El avispado presidente pucelano, Don Gonzalo Alonso, supo aprovechar el retorno del Real Valladolid entre los grandes, para solicitar a la federación que la capital castellana fuera elegida sede para los venideros Mundiales de 1982. La elección o no de nuestra ciudad quedó supeditada a la construcción de un Nuevo Estadio, moderno y acorde al acontecimiento mundialista. Una vez aprobada la propuesta, el ayuntamiento vallisoletano recibió importantes ayudas y subvenciones públicas (del Consejo Superior de Deportes y de la Real Federación española de fútbol) para acometer las obras.
Unos meses más tarde, concretamente en Junio, el nuevo Zorrilla vivió 3 partidos mundialistas y contó incluso con la presencia del presidente de la FIFA, el doctor Havelange, entre sus espectadores más destacados. El grupo “D” del mundial debía disputarse entre Bilbao y Valladolid. En San Mamés jugaba siempre el cabeza de grupo, Inglaterra, mientras que los otros 3 componentes del grupo, Francia, Checoslovaquia y el exótico Kuwait ,jugarían entre sí en Zorrilla.
Con un calor aplastante y un sol de justicia, y siempre a las cinco y cuarto de la tarde de los días 17, 21 y 24 de Junio, se diputaron en Valladolid los siguientes partidos del Mundial:
A pesar de lo inapropiado de la hora, El Nuevo Estadio presentó buenas entradas y rondó o superó los 25.000 espectadores en cada partido. La Francia de Platini deslumbró en Valladolid, sobre todo en su partido ante los kuwaitis, a los que el público vallisoletano alentaba más a que a ninguno de los otros 2 equipos.
La anécdota
21 de junio, corría el minuto 35 del segundo tiempo del partido Kuwait-Francia . Alain Giresse, delantero de “les bleus” recibe un balón y marca el cuarto tanto para su selección. Inmediatamente, todo el equipo asiático se abalanza sobre el colegiado. Alegan haber escuchado el silbato del arbitro y que por ello el gol no debe subir al marcador.
Hasta ese momento todo puede entrar en la normalidad de un partido de fútbol. Lo sorprendente y único sucede a continuación. Desde el palco de autoridades del estadio José Zorrilla de Valladolid, un individuo ataviado con vestimentas árabes y turbante rojo hace aspavientos indicando al equipo kuwaití que abandonen el terreno de juego. Tras varios minutos de incertidumbre, el hombre del turbante aparece sobre el césped entre el tumulto de jugadores y acompañado por varios escoltas. Es el jeque Fahid Al Ahmad Al Sabah, hermano del emir de Kuwait. El público en las gradas y los jugadores franceses, tranquilos por una victoria segura, observan con estupor la insólita escena. Tras una conversación con el arbitro soviético Miroslav Stupar rodeada de jugadores y policías, Fahid Al Ahmad Al Sabah amenaza de nuevo con retirar a sus jugadores del terreno de juego si no se anula el gol.
Pasan varios minutos de desconcierto cuando el colegiado toma la sorprendente decisión de anular el gol. Stupar no había pitado, el gol era legal, pero inexplicablemente las presiones del jeque surten efecto y el tanto no sube al marcador.
La historia juzgó este hecho como anécdota ya que el partido terminó 4-1 pero el hecho en sí era muy grave por lo que la FIFA castigaría duramente a Miroslav Stupar, que nunca volvió a arbitrar un partido.
Por aquel entonces, el aforo del Estadio Zorrilla era de 33.000 espectadores, reducidos hasta los 26.512 actuales en posteriores reformas. -Fuente: El blog de la ciudad de Valladolid -Fuente: http://helektron.com/espana-82-como-un-jeque-rearbitro-un-partido/
Con un calor aplastante y un sol de justicia, y siempre a las cinco y cuarto de la tarde de los días 17, 21 y 24 de Junio, se diputaron en Valladolid los siguientes partidos del Mundial:
-Checoslovaquia 1 (Panenka, de penalti)- Kuwait 1 (Al-Bakhhed).
-Francia 4 (Genghini, Platini, Six y Bossis)- Kuwait 1 (Al- Buloushi).
-Francia 1 (Six)-Checoslovaquia 1 (Panenka, de penalti).
-Francia 4 (Genghini, Platini, Six y Bossis)- Kuwait 1 (Al- Buloushi).
-Francia 1 (Six)-Checoslovaquia 1 (Panenka, de penalti).
A pesar de lo inapropiado de la hora, El Nuevo Estadio presentó buenas entradas y rondó o superó los 25.000 espectadores en cada partido. La Francia de Platini deslumbró en Valladolid, sobre todo en su partido ante los kuwaitis, a los que el público vallisoletano alentaba más a que a ninguno de los otros 2 equipos.
La anécdota
21 de junio, corría el minuto 35 del segundo tiempo del partido Kuwait-Francia . Alain Giresse, delantero de “les bleus” recibe un balón y marca el cuarto tanto para su selección. Inmediatamente, todo el equipo asiático se abalanza sobre el colegiado. Alegan haber escuchado el silbato del arbitro y que por ello el gol no debe subir al marcador.
Hasta ese momento todo puede entrar en la normalidad de un partido de fútbol. Lo sorprendente y único sucede a continuación. Desde el palco de autoridades del estadio José Zorrilla de Valladolid, un individuo ataviado con vestimentas árabes y turbante rojo hace aspavientos indicando al equipo kuwaití que abandonen el terreno de juego. Tras varios minutos de incertidumbre, el hombre del turbante aparece sobre el césped entre el tumulto de jugadores y acompañado por varios escoltas. Es el jeque Fahid Al Ahmad Al Sabah, hermano del emir de Kuwait. El público en las gradas y los jugadores franceses, tranquilos por una victoria segura, observan con estupor la insólita escena. Tras una conversación con el arbitro soviético Miroslav Stupar rodeada de jugadores y policías, Fahid Al Ahmad Al Sabah amenaza de nuevo con retirar a sus jugadores del terreno de juego si no se anula el gol.
Pasan varios minutos de desconcierto cuando el colegiado toma la sorprendente decisión de anular el gol. Stupar no había pitado, el gol era legal, pero inexplicablemente las presiones del jeque surten efecto y el tanto no sube al marcador.
La historia juzgó este hecho como anécdota ya que el partido terminó 4-1 pero el hecho en sí era muy grave por lo que la FIFA castigaría duramente a Miroslav Stupar, que nunca volvió a arbitrar un partido.
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