El espacio urbano de Portugalete se ha visto condicionado a lo largo del tiempo por el ramal norte del río Esgueva. El cauce de este curso fluvial circulaba al descubierto, entrando desde la calle Paraíso en dirección noreste-suroeste para girar hacia el oeste a la altura de la calle Marqués del Duero, volviendo a girar, esta vez hacia el noroeste, al llegar a la altura de la iglesia de la Antigua, dirección que mantiene durante el tramo de la calle Solanilla. A su entrada en la calle Magaña vuelve a girar nuevamente en dirección sureste, continuando pegado y paralelo a la línea oriental de fachadas de esa calle hasta su entrada en la Plaza de Portugalete.
El irregular régimen de este curso fluvial, con habituales crecidas que provocaban inundaciones y riadas, ha afectado de manera significativa a lo largo del tiempo a este espacio urbano. Una de las más importantes de todas fue, sin duda, la inundación del año 1788, que arrasó el centro de la ciudad, anegando muchas calles de Valladolid y destruyendo los puentes sobre el río, ocasionando destrozos de tal magnitud que se compararon con los daños causados por el incendio de 1561. Los deterioros propiciados en los inmuebles se vieron magnificados como consecuencia de la debilidad de las propias estructuras de las viviendas, realizadas con materiales endebles, deterioradas por el tiempo y, en muchos casos, mal construidas, con cimentaciones poco profundas, circunstancia a la que se añadió la ruptura de las bóvedas que sujetaban las casas que se situaban encima del cauce, junto a los puentes (Merino Beato, 1989, II: 71-80 y 182-189; Alcalde, 1992: 89, 118). A estas antiguas viviendas, levantadas con malos materiales y con poca consistencia en su estructura, corresponderían algunas de las cimentaciones que se han reconocido en parte de los cortes abiertos en la actualidad.
Todas las viviendas que se construyeron en esta zona se remodelaron tras las crecidas, levantando edificios sobre los cimientos antiguos en los mismos lugares, por lo que las nuevas edificaciones volvían a tener idénticos problemas que las anteriores, a pesar de que hay una corriente de opinión entre la ciudadanía que postula la edificación en zonas diferentes, fuera del peligro que representa el Esgueva (Merino Beato, 1989, II: 185).
Para solucionar los problemas continuos de crecidas del Esgueva y la mala salubridad que conllevaba su transcurso por el interior de la ciudad, se decidió por parte de la Corporación Municipal la elaboración y realización del proyecto de cubrición del río (Virgili,1979: 101-103), ganándose espacio para el desarrollo urbano interno de la ciudad. A pesar de ser una obra costosa y compleja, el Ayuntamiento se decide a su ejecución a instancias de la Junta de Sanidad, que refleja los problemas derivados de la escasa salubridad originada por el desarrollo al descubierto de este cauce por toda la población, y donde se recogía toda la porquería, aguas fecales, suciedades y escombros del interior de la urbe; a la vez se solventaban de este modo los problemas derivados de las constantes crecidas e inundaciones del río (Virgili, 1979: 101-103; Calderón, 1991: 35-38).
Tras la finalización de las obras la plaza de Portugalete se transformó en un amplio espacio diáfano que sería aprovechado para instalar
La cubierta de los dos ramales del Esgueva se inicia en 1848 y ya en 1890 todo el brazo norte está completamente cerrado, mientras que el sur sólo se encontraba en algunos tramos. Tras la finalización de esas obras la plaza de Portugalete se transformó en un amplio espacio diáfano que sería aprovechado para instalar un mercado con casetas de madera y una plazoleta central en el año 1866. En el caso de la calle Magaña, no será hasta el cerramiento del Esgueva cuando adquiera una fisonomía urbana, denominándose por primera vez como calle en la sesión del Excmo. Ayuntamiento de Valladolid celebrada el día 10 de abril de 1863 (Agapito y Revilla, 1982: 256), ya que con anterioridad a este espacio tan sólo se le menciona como el sitio por donde corre el Esgueva o, a lo sumo, como la “calzada del Esgueva”, dejando claro su carácter no urbanizado.
Fuente: TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS PREVIOS AL PROYECTO DE CONSTRUCCIÓN DEL APARCAMIENTO SUBTERRÁNEO EN LA PLAZA DE LA ANTIGUA, EN VALLADOLID. STRATO. GABINETE DE ESTUDIOS SOBRE PATRIMONIO HISTÓRICO Y ARQUEOLÓGICO
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Muchas gracias y buen blog.