Por Joaquín Martín de Uña
Alguno de los vecinos que actualmente ocupan viviendas situadas en la calle Don Juan Mambrilla, quizás, no solo desconozcan que "su calle" debe su nombre actual a un desafortunado acuerdo municipal, adoptado hace escasamente un siglo, sino también que antes de dicho acuerdo su nombre fue el de Francos y que es la primera calle de la que se conserva recuerdo en nuestra ciudad.
En su contrastado estudio sobre Las Calles de Valladolid, el investigador Juan Agapito y Revilla analiza documentalmente, la historia de ésta y remonta su antiguedad al Señorío de la villa por el Conde Ansúrez. La primera referencia escrita se encuentra en carta dotal de 21 de mayo de 1095, otorgada por D. Pedro Ansúrez y su mujer Dª. Eylo en favor de la iglesia de Santa María la Mayor, primera Colegiata vallisoletana. Según el citado historiador, las fincas existentes en la margen izquierda del ramal norte del Río Esgueva -cuyo curso discurre en la actualidad bajo la calle Paraíso- fueron cedidas por el Conde a los franceses (francos) que intervinieron junto a las huestes de Alfonso VI en la conquista de Toledo el año 1085.
Pasaje de los Alarcón |
Una vez que los soldados francos fueron licenciados, según Floranes en sus Orígenes de los Estudios de Castilla, "tomaron Partido", es decir, pasaron a prestar sus servicios a diversos nobles castellanos. El capitán Martín Franco y su cuadrilla franca "se ajustaron" con el Conde vallisoletano y se instalaron en los terrenos que les fueron señalados. Lo mismo ocurrió en ciudades de nuestro entorno como León y Zamora, entre otras.
En el plano de Ventura Seco se aprecia la calle con su primitivo nombre de Calle de Francos |
En la actualidad se conservan algunos restos del brillante pasado de esta calle, -llegaron a existir siete casas palaciegas en su trazado- restos que en algunos casos aparecen integrados en las nuevas edificaciones, que no siempre mantienen el carácter tradicional de la calle. En el número tres de la calle se conserva la fachada y un escudo de la casa de los Mendoza y, mediante su reconstruído patio se comunica con la calle Paraíso, a través del Pasaje de los Alarcón.
Siguiendo la acera de los números impares nos encontramos con la que fue casa principal del Marqués de Revilla, Alférez Mayor de la ciudad, palacio que más tarde fue propiedad de Diego de La Gasca, hermano del entonces Obispo del Perú quien le encargó reconstruir la primitiva parroquia de la Magdalena. Actualmente el Colegio de la Enseñanza y el Colegio Mayor Monferrant, se levantan sobre el solar de dicha casa señorial.
En el número 33 de la calle se encentra el convento de las Salesas -que anteriormente había sido sede de la Escuela Normal de Maestras- que conserva algunos vestigios de cierto interés.
Convento de las Salesas |
En la acera de los números pares, más afectada por nuevas edificaciones, es de destacar el que fuera palacio de los Zúñiga, posteriormente de la Duquesa de Osorno y sede del primer Tribunal de la Inquisición en el cual pudo estar preso Fray Luis de León y del que fue sacado para su ejecución Alvaro de Luna.
Don Juan Mambrilla fue un hombre que, en su tiempo, pudo alcanzar cierta notoriedad, alcanzó el puesto de catedrático de la Facultad de Derecho, pero su posibles méritos, a mi entender, no parecen suficientes para cambiar el nombre de una calle que, durante más de setecientos años, se llamó calle de los Francos.
-Fuente: Valladolid, una ciudad contada. (Joaquín Martín de Uña)
Comentarios
Qué manía con tirarnos por el suelo... luego vienen de fuera y se sorprenden siempre para bien
Un saludo