Las Delicias fue hasta que llegó FASA un barrio ferroviario, vinculado económica y socialmente al paso del tren, a los talleres del tren y a las tragedias del tren.
Paradójicamente, Las Delicias vivía gracias al tren y estaba aislada por culpa del tren.
Allí, entre la calle de Labradores y la de Segovia se instaló un paso a nivel, puerta principal de entrada y salida de la barriada que no tardó en sufrir las consecuencias del progreso del ferrocarril y de las imprudencias humanas.
Unas veces porque el guardabarreras no estaba y otras, las más, porque la gente no tenía paciencia para esperar a que hubiera pasado el convoy, el paso se convirtió en un punto negro y trágico que se cobraba vidas humanas con harta frecuencia.
El Ayuntamiento escuchó las reiteradas demandas de construcción de un paso subterráneo para peatones y otro para vehículos. En 1947 ya existía un proyecto manifiestamente mejorable que no hubo mas remedio que actualizar.
La Corporación municipal presidida por González Regueral aprobó en la sesión extraordinaria del 4 de marzo de 1951 el proyecto de suspensión del paso a nivel maldito.
El paso de peatones entró en servicio provisionalmente el 9 de mayo de 1952. El de vehículos tardó algo mas porque empresa constructora Agromán superó el plazo, inaugurándose oficialmente el 18 de marzo de 1953.
El subterráneo fue un alivio para los problemas del barrio que dejó de estar aislado. Con el paso del tiempo, a las Delicias se puede llegar por otros sitios, por otras rondas, pero la puerta principal sigue siendo el túnel bajo las vías entre la calle Labradores y la Avenida de Segovia.
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Fuente: Valladolid Cotidiano. (1939-1959).
Autor: José Miguel Ortega Bariego.
ISBN:84-95917-40-8
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