Parada de coches "de punto" en la Plaza Mayor, de 1900, que ofertaba sus
servicios junto a los revolucionarios tranvias. (Colección Joaquín Martín de Uña)
servicios junto a los revolucionarios tranvias. (Colección Joaquín Martín de Uña)
A medida que nuestra ciudad fue creciendo y las distancias, si bien no excesivamente alejadas "del centro", se hicieron molestas debido al acusado extremismo de nuestra meteorología, se planteó la conveniencia de establecer un sistema de transporte para particulares que estuvieran dispuestos a pagar el precio de su comodidad.
Surge así el servicio de los llamados "coches de punto" o "al punto" cuyo nombre obedecía a que sus servicios eran contratados en el lugar donde se encontraban situados los vehículos, que era el punto de referencia para establecer el precio de los desplazamientos contratados.
En cuanto a los traslados se efectuaban dentro de la ciudad, variando su importe si el destino era el Cuartel Conde Ansúrez, la Plaza de Toros y el Campo Hípico, el Canal de Castilla, el Cementerio o la Rubia.
Estos coches lucían en sus faroles una letra "C" si estaban destinados a Carreras y una "H" si lo estaban a servicios cortos.
Cuando el automóvil comenzó a implantarse y los "tiros de caballos" fueron sustituidos por la "tracción mecánica", los coches de Punto fueron sustituidos por los primeros y renqueantes modelos de Peugeot, Fiat o Renault. Los puntos de estacionamiento se transformaron en "paradas de taxis" y los coches fueron sustituidos, primero por los chauffer's y más tarde por los taxistas. Publicado el Código de la Circulación y generalizada la apertura de gasolineras en los centros de población importantes -si bien es cierto que con un horario limitado al principio-, los servicios públicos "del Taxi" extendieron su radio de acción a cualquier lugar donde los usuarios quisieran trasladarse.
En el año 1946, Valladolid rondaba ya los 120.000 habitantes, así que no deja de resultar llamativo el dato de que en esa época tan solo trabajaran, según el departamento de licencias del Ayuntamiento, 25 taxis en la ciudad, por lo que a cada vehículo le correspondían casi cinco mil potenciales clientes. Pura estadística. La realidad era tan distinta que buena parte del día los coches permanecían aparcados en las paradas y los taxistas de tertulia o leyendo el periódico en el bar más próximo. La economía no estaba para fiestas y solo en casos especiales se recurría al alquiler de un taxi.
La antiguas paradas de la Plaza Mayor, Fuente Dorada, Hostal Florido, de la Estación del Norte o de San Bartolomé -Puente Mayor-...constituyeron los primeros establecimientos de ese sistema tan necesario y apreciado y en el cual los vehículos utilizados pasaron de su puesta en marcha a fuerza de golpes de manivela al encendido electrónico; de los molestos coches con "transportines" a los cómodos asientos; de las velocidades punta de 30 Km/hora a la rapidez y automatismo de los taxis actuales. Eran grandes, negros y ruidosos. La mayoría con estribo para acceder a un interior espacioso en el que podían acomodarse con holgura cuatro personas. Eran casi todos coches extranjeros, preferentemente Citroen, porque la marca francesa fue una de las primeras en exportar a nuestro país, en los felices años veinte.
Es de justicia el reconocimiento y agradecimiento de los vallisoletanos a estos trabajadores cuya entrega, en muchas ocasiones, va más allá del simple transporte de viajeros.
-Fuente: Valladolid, una ciudad contada. (Joaquín Martín de Uña)
Editado por el Ayuntamiento de Valladolid.
ISBN: 84-95389-01-0
Surge así el servicio de los llamados "coches de punto" o "al punto" cuyo nombre obedecía a que sus servicios eran contratados en el lugar donde se encontraban situados los vehículos, que era el punto de referencia para establecer el precio de los desplazamientos contratados.
Numerosos taxis, casi todos los que había entonces en Valladolid,
alineados en la calle de Claudio Moyano. (Valladolid Cotidiano. Jose Miguel Ortega Bariego)
alineados en la calle de Claudio Moyano. (Valladolid Cotidiano. Jose Miguel Ortega Bariego)
En cuanto a los traslados se efectuaban dentro de la ciudad, variando su importe si el destino era el Cuartel Conde Ansúrez, la Plaza de Toros y el Campo Hípico, el Canal de Castilla, el Cementerio o la Rubia.
Estos coches lucían en sus faroles una letra "C" si estaban destinados a Carreras y una "H" si lo estaban a servicios cortos.
Angel de la Fuente fue el titular de la licencia con el nº 135.
En la fotografía posa junto a su mujer al lado de su Seat 1400
(Fotografías cortesía de Jorge de la Fuente)
En la fotografía posa junto a su mujer al lado de su Seat 1400
(Fotografías cortesía de Jorge de la Fuente)
El Seat 800 de Angel de la Fuente sustituyó al viejo 1400.
Todavía este vehículo lucía el color negro característico de los taxis de aquella época,
hablamos de mediados de los 60
Todavía este vehículo lucía el color negro característico de los taxis de aquella época,
hablamos de mediados de los 60
Cuando el automóvil comenzó a implantarse y los "tiros de caballos" fueron sustituidos por la "tracción mecánica", los coches de Punto fueron sustituidos por los primeros y renqueantes modelos de Peugeot, Fiat o Renault. Los puntos de estacionamiento se transformaron en "paradas de taxis" y los coches fueron sustituidos, primero por los chauffer's y más tarde por los taxistas. Publicado el Código de la Circulación y generalizada la apertura de gasolineras en los centros de población importantes -si bien es cierto que con un horario limitado al principio-, los servicios públicos "del Taxi" extendieron su radio de acción a cualquier lugar donde los usuarios quisieran trasladarse.
En el año 1946, Valladolid rondaba ya los 120.000 habitantes, así que no deja de resultar llamativo el dato de que en esa época tan solo trabajaran, según el departamento de licencias del Ayuntamiento, 25 taxis en la ciudad, por lo que a cada vehículo le correspondían casi cinco mil potenciales clientes. Pura estadística. La realidad era tan distinta que buena parte del día los coches permanecían aparcados en las paradas y los taxistas de tertulia o leyendo el periódico en el bar más próximo. La economía no estaba para fiestas y solo en casos especiales se recurría al alquiler de un taxi.
Por acuerdo municipal, los automóviles destinados al servicio público se pintaron
de color blanco para su mejor identificación y mayor seguridad.
(A.M.V. Serie Asociación de la Prensa de Valladolid 622-1)
de color blanco para su mejor identificación y mayor seguridad.
(A.M.V. Serie Asociación de la Prensa de Valladolid 622-1)
La antiguas paradas de la Plaza Mayor, Fuente Dorada, Hostal Florido, de la Estación del Norte o de San Bartolomé -Puente Mayor-...constituyeron los primeros establecimientos de ese sistema tan necesario y apreciado y en el cual los vehículos utilizados pasaron de su puesta en marcha a fuerza de golpes de manivela al encendido electrónico; de los molestos coches con "transportines" a los cómodos asientos; de las velocidades punta de 30 Km/hora a la rapidez y automatismo de los taxis actuales. Eran grandes, negros y ruidosos. La mayoría con estribo para acceder a un interior espacioso en el que podían acomodarse con holgura cuatro personas. Eran casi todos coches extranjeros, preferentemente Citroen, porque la marca francesa fue una de las primeras en exportar a nuestro país, en los felices años veinte.
Es de justicia el reconocimiento y agradecimiento de los vallisoletanos a estos trabajadores cuya entrega, en muchas ocasiones, va más allá del simple transporte de viajeros.
-Fuente: Valladolid, una ciudad contada. (Joaquín Martín de Uña)
Editado por el Ayuntamiento de Valladolid.
ISBN: 84-95389-01-0
-Fuente: Valladolid Cotidiano (1939-1959). (José Miguel Ortega Bariego)
ISBN: 84-95917-40-8
ISBN: 84-95917-40-8
Comentarios
-¿Por dónde vamos?.....
Y ya te mosqueas un poco...
Maria Henar moda infantil & lenceria
Pero hoy en día la cosa cambia y mucho y la rotulación en coche ya es una realidad.
Aprender de la historia de los taxis y de las demas cosas, siempre es estupendo!!