La primitiva portada del hospital daba a la plaza del Rosarillo, siendo posteriormente
trasladada a la calle San Juan de Dios y colocada como entrada de la actual Residencia Sacerdotal
trasladada a la calle San Juan de Dios y colocada como entrada de la actual Residencia Sacerdotal
Corresponde a la iglesia de la Cofradía del Rosario y de los Santos Cosme y Damián, que atendían un hospital.
El culto a los Santos Cosme y Damián aparece en fecha temprana en Valladolid. Hay que distinguir entre la cofradía de San Cosme y San Damián, que es la que crea el hospital, y los frailes de San Basilio, bajo la advocación de dichos santos. En tanto la cofradía data de la época de doña Urraca, los monjes basilios se establecen según Canesi en 1585, precisamente en una ermita que pertenecía a la cofradía, lo que va a hacer surgir problemas por la posesión de las reliquias de los Santos.
En el siglo XV la cofradía poseía un hospital en la plazuela de la Piñolería (actual del Rosarillo). El obispo de Segovia, don Juan Arias Dávila, dio fondos para la reconstrucción de la referida ermita, pero en 1499, por acuerdo de don Pedro de Arias, sobrino y heredero del obispo, y la cofradía de los mártires Cosme y Damián, se estableció que no necesitando la ermita reparaciones y sí por el contrario el hospital de la plazuela de la Piñolería, se destinasen a esta finalidad. El acuerdo se firmó el 16 de julio de 1499. La cofradía quedaba obligada a colocar las armas del obispo en el hospital, y a decir una misa cantada y otra rezada por su ánima.
Con independencia se desarrolla la cofradía del Rosario. En 1503 esta cofradía había recibido un donativo de doña Catalina de Corral, segunda mujer de don Rodrigo de Villadrando, de unas casas para destinarlas a hospital atendido por la cofradía. El edificio estaba situado junto al palacio del Marqués de Camarasa, en la parte posterior. Cuando en 1601 la Corte vuelve a Valladolid, ocupa para su residencia el palacio de dicho Marqués. Se pensó entonces en convertir la iglesia del Rosario en capilla real, uso que ya venía siendo desempeñado por la familia del Marqués. Se llegó a una avenencia, en virtud de la cual la Corona compró la iglesia, compensando económicamente a la cofradía, por lo que ésta llega a ostentar el escudo de la monarquía. Pero para subsistir se llegó a la fusión de la cofradía del Rosario con la de los Santos Cosme y Damián, pasando a ocupar el edificio de estos últimos. Se acordó que la Virgen del Rosario habría de colocarse en el centro del retablo mayor, portada y patio del edificio. Las imágenes de San Cosme y San Damián se colocarían al lado del retablo. El acuerdo se firmó el 13 de abril de 1603.
Aunque el hospital de San Cosme y San Damián se dedicaba a atender a mendigos, prevaleció la función que venía siendo desempeñada por el del Rosario, de dedicarse a viudas necesitadas. En 1635 pasó a la atención de enfermos convalecientes. Su misión consistía en prestar socorro a enfermos a los que se daba de alta en otros hospitales y merecían una ulterior atención. En 1737 el Hospital General de la Resurrección pleiteó con éste, demandando para sí la atención de enfermos convalecientes. Con motivo del pleito se describe la forma de realizar la misión hospitalaria. Había dependencias separadas para hombres y mujeres. En 1786 desaparece el hospital, haciéndose cargo del edificio la Venerable Congregación de Sacerdotes de la Presentación, situada en la iglesia de San Lorenzo, que es donde se encuentra su archivo. La cofradía se extinguió asimismo por orden real, lo que no ha impedido que haya existido hasta hace muy poco tiempo una Hermandad de San Cosme y San Damián.
La iglesia se encontraba en las inmediaciones del Palacio del Almirante de Castilla. Con frecuencia se suscitaron pleitos con éste, que ambiciona la propiedad. En 1634 se procedió a la venta de la mitad del coro de la iglesia, con objeto de que sirviese de tribuna a la familia del Almirante.
Gozaba de diversas indulgencias el hospital y había imágenes veneradísimas, como el Cristo del Refugio, de suerte que hasta hace muy poco tiempor ha sido uno de los santuarios más venerados de Valladolid. Hoy está cerrado al culto.
El hospital
La puerta que sirve de acceso a la Residencia Sacerdotal, era la antigua portada del desaparecido hospital del Rosarillo y los Santos mártires Cosme y Damián.
Realizada en piedra, con arco de medio punto y rosca de hojarasca gótica, data del último decenio del siglo xv. Envuelta la portada en su alfiz quebrado, dispone de tres hornacinas de arco conopial, donde habían de ubicarse la Virgen del Rosario, san Cosme y san Damián. Hornacinas que hoy están vacías aunque se mantiene el escudo del Obispo, Juan Arias, con el sombrero episcopal.
La iglesia
El arquitecto Juan de Nates intervino en la realización de la Sacristía y el Camarín de la Virgen del Rosario. La capilla es cuadrada y se cubre con una cúpula. Los otros tramos se cubren con bóveda de arista. El coro que cierra la parte de atrás fue utilizado por el Almirante de Castilla como tribuna.
La portada de la fachada es de piedra y adintelada, con frontón partido y bolas sobre pedestales; se cree que también se debe a Juan de Nates por el estilo clasicista vallisoletano. Sobre el frontón se encuentra el escudo real de FelipeIII, como propietario de la nueva institución.
Al lado del Evangelio existe una capilla-hornacina, protegida con reja. En el copete portaba un escudo de la familia de los Mendoza. La capilla de la derecha entrando desde el claustro, debajo del coro, posiblemente perteneciera a Juan Martínez de Repela, pues en su testamento figuraba el deseo de adquirirla. El fondo de la capilla estaba decorado con azulejería y al igual que la reja eran del último cuarto del siglo XVII. Allí se encontraba la pintura de la Virgen del Rosario con el niño pudiendo pertenecer a la primera iglesia de la de esta cofradía. La Virgen sostenía una corona de rosas y el Niño Jesús ofrecía una rosa a la donante. El donante llevaba en sus labios una rosa, símbolo de la devoción del rosario.
Cerca del retablo mayor, en la capilla mayor se sitúa un retablo del último cuarto del XVII, con columnas salomónicas pobladas de sarmientos y racimos a los lados y un gran copete de hojarasca. El retablo es del pleno barroco y sobre las hornacinas se encuentra representado el milagro de los santos hermanos Cosme y Damián que están colocando la pierna de un negro a un enfermo blanco que estaba necesitado de ella.
Al final del siglo XVII, se llevó a cabo una renovación del mobiliario de la iglesia y se doró el retablo mayor.
En las hornacinas laterales se ubicaron los santos Domingo de Guzmán y Francisco de Asís. El retablo es coronado por la escena del Calvario. En los laterales del ático encontramos dos ángeles portadores de estandartes.
En el lado de la Epístola aparece otro retablo idéntico que alberga a San Joaquín, Santa Ana y la Virgen, del último decenio del siglo XVII. En el mismo lado de la Epístola existía otro dedicado a la Sagrada Familia con el Padre Eterno y el Espíritu Santo y en los costados San Joaquín y Santa Ana. Sobre el arco central, destacaba un medallón sostenido por tres ángeles, con el anagrama del nombre de Jesús. Este retablo obra de Pedro de Sierra y realizada en 1736 preside actualmente la Capilla del Colegio de las Jesuitinas de Valladolid, pues la fundadora de la Orden recibió en esta Iglesia del Rosarillo la inspiración de su obra.
Al quitar este retablo aparecieron unas pinturas al fresco con el mismo tema de la Sagrada Familia, pinturas que datan del primer decenio del siglo XVII.
Hasta hace unos años se tenía una gran devoción al Cristo del Refugio, especialmente en las horas centrales del Viernes Santo. Concluido el Sermón de las Siete Palabras y con la procesión de los llamados "Docentes" las mujeres de Valladolid, sobre todo las jóvenes, se encaminaban hacia la Iglesia para rezar treinta y tres credos, tantos como los años de Cristo, y a la misma hora que expiraba Jesús en la Cruz. Con el cierre de la Iglesia, la Congregación Sacerdotal decidió su traslado a San Felipe Neri.
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-Fuente: Catálogo Monumental. Monumentos Religiosos de la Ciudad de Valladolid (Parte I)
Por Juan José Martín González y Jesús Urrea Fernández
Residencia Sacerdotal, donde podemos contemplar la portada original del hospital
En el siglo XV la cofradía poseía un hospital en la plazuela de la Piñolería (actual del Rosarillo). El obispo de Segovia, don Juan Arias Dávila, dio fondos para la reconstrucción de la referida ermita, pero en 1499, por acuerdo de don Pedro de Arias, sobrino y heredero del obispo, y la cofradía de los mártires Cosme y Damián, se estableció que no necesitando la ermita reparaciones y sí por el contrario el hospital de la plazuela de la Piñolería, se destinasen a esta finalidad. El acuerdo se firmó el 16 de julio de 1499. La cofradía quedaba obligada a colocar las armas del obispo en el hospital, y a decir una misa cantada y otra rezada por su ánima.
Con independencia se desarrolla la cofradía del Rosario. En 1503 esta cofradía había recibido un donativo de doña Catalina de Corral, segunda mujer de don Rodrigo de Villadrando, de unas casas para destinarlas a hospital atendido por la cofradía. El edificio estaba situado junto al palacio del Marqués de Camarasa, en la parte posterior. Cuando en 1601 la Corte vuelve a Valladolid, ocupa para su residencia el palacio de dicho Marqués. Se pensó entonces en convertir la iglesia del Rosario en capilla real, uso que ya venía siendo desempeñado por la familia del Marqués. Se llegó a una avenencia, en virtud de la cual la Corona compró la iglesia, compensando económicamente a la cofradía, por lo que ésta llega a ostentar el escudo de la monarquía. Pero para subsistir se llegó a la fusión de la cofradía del Rosario con la de los Santos Cosme y Damián, pasando a ocupar el edificio de estos últimos. Se acordó que la Virgen del Rosario habría de colocarse en el centro del retablo mayor, portada y patio del edificio. Las imágenes de San Cosme y San Damián se colocarían al lado del retablo. El acuerdo se firmó el 13 de abril de 1603.
Entrada a la Iglesia frente a la residencia sacerdotal (Calle San Juan de Dios)
Aunque el hospital de San Cosme y San Damián se dedicaba a atender a mendigos, prevaleció la función que venía siendo desempeñada por el del Rosario, de dedicarse a viudas necesitadas. En 1635 pasó a la atención de enfermos convalecientes. Su misión consistía en prestar socorro a enfermos a los que se daba de alta en otros hospitales y merecían una ulterior atención. En 1737 el Hospital General de la Resurrección pleiteó con éste, demandando para sí la atención de enfermos convalecientes. Con motivo del pleito se describe la forma de realizar la misión hospitalaria. Había dependencias separadas para hombres y mujeres. En 1786 desaparece el hospital, haciéndose cargo del edificio la Venerable Congregación de Sacerdotes de la Presentación, situada en la iglesia de San Lorenzo, que es donde se encuentra su archivo. La cofradía se extinguió asimismo por orden real, lo que no ha impedido que haya existido hasta hace muy poco tiempo una Hermandad de San Cosme y San Damián.
La iglesia se encontraba en las inmediaciones del Palacio del Almirante de Castilla. Con frecuencia se suscitaron pleitos con éste, que ambiciona la propiedad. En 1634 se procedió a la venta de la mitad del coro de la iglesia, con objeto de que sirviese de tribuna a la familia del Almirante.
Gozaba de diversas indulgencias el hospital y había imágenes veneradísimas, como el Cristo del Refugio, de suerte que hasta hace muy poco tiempor ha sido uno de los santuarios más venerados de Valladolid. Hoy está cerrado al culto.
El hospital
La puerta que sirve de acceso a la Residencia Sacerdotal, era la antigua portada del desaparecido hospital del Rosarillo y los Santos mártires Cosme y Damián.
Realizada en piedra, con arco de medio punto y rosca de hojarasca gótica, data del último decenio del siglo xv. Envuelta la portada en su alfiz quebrado, dispone de tres hornacinas de arco conopial, donde habían de ubicarse la Virgen del Rosario, san Cosme y san Damián. Hornacinas que hoy están vacías aunque se mantiene el escudo del Obispo, Juan Arias, con el sombrero episcopal.
La iglesia
El arquitecto Juan de Nates intervino en la realización de la Sacristía y el Camarín de la Virgen del Rosario. La capilla es cuadrada y se cubre con una cúpula. Los otros tramos se cubren con bóveda de arista. El coro que cierra la parte de atrás fue utilizado por el Almirante de Castilla como tribuna.
La portada de la fachada es de piedra y adintelada, con frontón partido y bolas sobre pedestales; se cree que también se debe a Juan de Nates por el estilo clasicista vallisoletano. Sobre el frontón se encuentra el escudo real de FelipeIII, como propietario de la nueva institución.
Al lado del Evangelio existe una capilla-hornacina, protegida con reja. En el copete portaba un escudo de la familia de los Mendoza. La capilla de la derecha entrando desde el claustro, debajo del coro, posiblemente perteneciera a Juan Martínez de Repela, pues en su testamento figuraba el deseo de adquirirla. El fondo de la capilla estaba decorado con azulejería y al igual que la reja eran del último cuarto del siglo XVII. Allí se encontraba la pintura de la Virgen del Rosario con el niño pudiendo pertenecer a la primera iglesia de la de esta cofradía. La Virgen sostenía una corona de rosas y el Niño Jesús ofrecía una rosa a la donante. El donante llevaba en sus labios una rosa, símbolo de la devoción del rosario.
Cerca del retablo mayor, en la capilla mayor se sitúa un retablo del último cuarto del XVII, con columnas salomónicas pobladas de sarmientos y racimos a los lados y un gran copete de hojarasca. El retablo es del pleno barroco y sobre las hornacinas se encuentra representado el milagro de los santos hermanos Cosme y Damián que están colocando la pierna de un negro a un enfermo blanco que estaba necesitado de ella.
Al final del siglo XVII, se llevó a cabo una renovación del mobiliario de la iglesia y se doró el retablo mayor.
En las hornacinas laterales se ubicaron los santos Domingo de Guzmán y Francisco de Asís. El retablo es coronado por la escena del Calvario. En los laterales del ático encontramos dos ángeles portadores de estandartes.
En el lado de la Epístola aparece otro retablo idéntico que alberga a San Joaquín, Santa Ana y la Virgen, del último decenio del siglo XVII. En el mismo lado de la Epístola existía otro dedicado a la Sagrada Familia con el Padre Eterno y el Espíritu Santo y en los costados San Joaquín y Santa Ana. Sobre el arco central, destacaba un medallón sostenido por tres ángeles, con el anagrama del nombre de Jesús. Este retablo obra de Pedro de Sierra y realizada en 1736 preside actualmente la Capilla del Colegio de las Jesuitinas de Valladolid, pues la fundadora de la Orden recibió en esta Iglesia del Rosarillo la inspiración de su obra.
Al quitar este retablo aparecieron unas pinturas al fresco con el mismo tema de la Sagrada Familia, pinturas que datan del primer decenio del siglo XVII.
Hasta hace unos años se tenía una gran devoción al Cristo del Refugio, especialmente en las horas centrales del Viernes Santo. Concluido el Sermón de las Siete Palabras y con la procesión de los llamados "Docentes" las mujeres de Valladolid, sobre todo las jóvenes, se encaminaban hacia la Iglesia para rezar treinta y tres credos, tantos como los años de Cristo, y a la misma hora que expiraba Jesús en la Cruz. Con el cierre de la Iglesia, la Congregación Sacerdotal decidió su traslado a San Felipe Neri.
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-Fuente: Catálogo Monumental. Monumentos Religiosos de la Ciudad de Valladolid (Parte I)
Por Juan José Martín González y Jesús Urrea Fernández
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