Eran aproximádamente las cuatro de la tarde del 16 de septiembre de 1965. En la Plaza Mayor de Valladolid habían comenzado a reunirse numerosas personas que fijaban su vista en los cielos. A una altura aproximada de 9000 pies (2740 m) parecía evolucionar un artefacto gigantesco de forma triangular que era totalmente desconocido para las miles de personas que también lo vislumbraban desde otros rincones de Castilla. Los cálculos que se realizaron posteriormente estimaron que su altura llegaría a los 23000 metros (1).
En ese mismo instante, el piloto civil Heliodoro Carrión sobrevolaba Tordesillas. Eran las 17:35 horas cuando, en su pequeña radio, sonaban las palabras nerviosas de los controladores del cercano aeropuerto de Villanubla. "Hemos detectado un artefacto brillante y triangular entre las poblaciones de Villanueva de los infantes y Tudela de Duero...", repetían una y otra vez.
Con gran arrojo, el piloto se situó a la altura indicada y emprendió rumbo hacia el ovni para vivir una inolvidable experiencia. "Me situé debajo del aparato. Era blanquecino y parecía oscilar lentamente, como un péndulo, girando en ocasiones sobre sí mismo. Posteriormente, observé la presencia de un reactor DC-8, posiblemente de la línea Lisboa-París, que pasaba muy cerca del triángulo. Era increible [...]; aquello tenía una envergadura tres veces superior a la del avión."
En ese mismo instante, el piloto civil Heliodoro Carrión sobrevolaba Tordesillas. Eran las 17:35 horas cuando, en su pequeña radio, sonaban las palabras nerviosas de los controladores del cercano aeropuerto de Villanubla. "Hemos detectado un artefacto brillante y triangular entre las poblaciones de Villanueva de los infantes y Tudela de Duero...", repetían una y otra vez.
Con gran arrojo, el piloto se situó a la altura indicada y emprendió rumbo hacia el ovni para vivir una inolvidable experiencia. "Me situé debajo del aparato. Era blanquecino y parecía oscilar lentamente, como un péndulo, girando en ocasiones sobre sí mismo. Posteriormente, observé la presencia de un reactor DC-8, posiblemente de la línea Lisboa-París, que pasaba muy cerca del triángulo. Era increible [...]; aquello tenía una envergadura tres veces superior a la del avión."
La noticia fue publicada en la primera página del diario El Norte de Castilla (parte inferior de la portada)
En esos mismos instantes, el padre dominico Antonio Felices, experto en Astronomía y sacerdote del monasterio vallisoletano de Arcas Reales, salía al patio central avisado por varios testigos que, atropelladamente, requerían. Montó de inmediato su potente telescopio de 180 aumentos, con la ayuda de un compañero y se dispuso a mirar por el visor: allí aparecía un impresionante aparato metálico y triangular que estaba bamboleándose ligeramente de un lado a otro. "Calculamos que debía tener un kilómetro cuadrado de superficie."
Teófilo Álvarez y Francisco Rodriguz, profesores del seminario de Valladolid, que viajaban en motocicleta hacia la población de Trapa de Dueñas (Palencia), tambien fueron "acompañados" por el misterioso artefacto. Lo mismo ocurría en poblaciones distantes como Noriaga o Boecillo, donde centenares de personas salieron intrigadas a las calles y caminos para contemplar el inusual fenómeno. Algunas de ellas, como Nemesio Platón, de setenta y tres años, o Severiano Gómez, de setenta y cinco, no dudaron en afirmar a la prensa: "Sentimos inquietud, pero no miedo [...]. ¡Nos están acostumbrando a cosas tan raras los científicos!
Según coincidieron todos los testimonios, el objeto desapareció de un modo fulgurante, como si se "apagara" repentinamente, sumiendo a toda la región en una comprensible duda: ¿Qué habían tenido sobre sus cabezas durante más de hora y media? ¿Cómo fue capaz de esfumarse de aquel modo?
La aparición del ovni triangular produjo un fuerte impacto en la prensa nacional. El corresponsal de la revista Semana, desbordado ante la cantidad de testigos, realizó un cálculo sorprendente: trescientas mil personas habían sido testigos del paso de un artefacto triangular sobre los cielos de la vieja Castilla. Una cifra récord que volvía a colocar el asunto de los ovnis en lo más alto de la palestra informativa española.
Comentarios
Gracias por compartirlo!!
Salu2
Un besito y una estrella.
Mar.
P.D. por cierto antes me olvide decirte que el apunte de google maps es una idea genial...
Todo mentira.
Pero ¿es posible que en los 1965 nadie lo grabase? Mucha gente tenía ya aquellas cámaras de super 8. Por no hablar de fotografías, se debieron hcer cientos, miles. No he visto ninguna. Es un poco raro que no hayan salido a la luz.
me ha remantado a tiempos pasados.
Pero... ¿ni una sola foto? La cámara de fotos no era ya un objeto atípico y es raro que si miles de personas lo vieron, ninguna dispusiera en ese momento de una cámara de fotos o, con el largo rato que estuvo el ovni en el cielo, acudir a casa a por ella.
Por otra parte... también es raro que miles y miles de personas tuvieran una alucinación...