Ya se ha convertido en una tradición, promovida especialmente por los guías turísticos, localizar entre la maraña decorativa de la fachada de la Universidad de Salamanca su famosa rana.
Como no podía ser menos que la ciudad vecina, Valladolid también quiso tener su propio talismán, no la Universidad, sino en un centro de estudios de Teología: el prestigioso Colegio de San Gregorio, actual Museo Nacional de Escultura.
Al igual que en la capital del Tormes, en Valladolid hubo quien eligió la búsqueda de un caracol como símbolo vallisoletano para probar la agudeza visual y ser recompensado por ello con mismos efectos mágicos que en Salamanca, es decir, buen augurio para aprobar los estudios, casarse y tener suerte en la vida. ¡Paciencia y encuentren al caracol!
Comentarios