La desaparecida Iglesia de la Merced

Más o menos así se vería la fachada de la iglesia de la Merced si no se hubiese derribado.
El convento de la Merced Calzada existió en la calle de su mismo nombre. Fue de muy antigua fundación. Cuando la exclaustración de 1836 fue dedicado a cuartel, y más tarde derribada la iglesia para abrir la calle.
La iglesia de la Merced tuvo muchas capillas pertenecientes a las principales familias de la ciudad y, dada su antigüedad, pasaron sus patronatos de unas a otras muchas veces. Durante las obras de reforma de una de ellas tras cambiar de dueño, apareció en un nicho

“…un cuerpo como un esqueleto que tenía las insignias de caballero de la Banda, que eran banda y espada y espuelas doradas. Hizo admiración que le durase entera grande barba y cabello igual, y consistente armadura. Viose una tarde arrimado a la pared sin que se desarmase y destrabase la corporal compostura, y al moverle se desvaneció toda aquella fábrica.”

La historia local está salpicada de noticias así. El mudar de los tiempos no respeta nada, ni los lutos y ceremonias que se hicieron para honrar el descanso de los nobles fallecidos, ni los suntuosos mausoleos hechos para resistir los siglos. Condes, marqueses y obispos han sido sacados de sus tumbas, trasladados a otras, o simplemente enterrados en cualquier sitio debido a reformas o al derribo de los templos.

Dibujo de Ventura Pérez

Como en otros casos, para su reconstrucción ha sido fundamental el dibujo que para ilustrar la “Historia de Valladolid” de Antolinez de Burgos hizo Ventura Pérez, pero arreglando sus proporciones.

Situación del convento según el Plano de Bentura Seco de 1738

Era una bella fachada clasicista, de calidad similar a la de las Angustias o san Agustín, obra de Pedro de Mazuecos. Su portada fue, tras su derribo, vuelta a montar en el Portillo del Prado. Tenía las estatuas de la Virgen de la Merced y a ambos lados dos santos mercedarios; el de la izquierda lleva un libro y quizá fuera San Pedro Pascual. El de la derecha pudiera ser San Pedro Nolasco, pues parece llevar el báculo de doble travesaño, atributo suyo como fundador de la Orden.


El convento se conservó hasta fechas recientes. A él pertenece la foto que corresponde a la fachada que daba a la calle de Maldonado. Con ella, ayudado del plano de Bentura Seco y de la planta dibujada en 1849 se ha podido recrear aquel espacio urbano.



-Fuente del texto y las ilustraciones: Rincones con Fantasma (Juan Carlos Urueña Paredes). ISBN: 84-95389-97-5

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