Esta estación no estuvo prevista ni en el proyecto original de la Compañía del Ferrocarril (tranvía de tracción animal), ni en los dos proyectos siguientes (tranvía de tracción a vapor y Ferrocarril económico). Los problemas técnicos y administrativos surgidos para llevar el ferrocarril hasta el centro de la ciudad de Valladolid, hicieron que la Compañía solicitara a la Administración permiso para instalar una estación provisional extramuros de la ciudad. De esta forma, se construyó una estación provisional con instalaciones para el servicio de viajeros y de mercancías en unos terrenos de reducidas dimensiones.
En la plaza donde se asentaba la estación existió en el siglo XVI un Hospital, que se trasladó al general de Valladolid a principios del siglo XVII. Sobre las ruinas del mismo, se construyó en 1628 el convento de las monjas Trinitarias. El convento fue invadido por las tropas francesas en el año 1837, pasándose las monjas al convento de Jesús María. Sobre el solar del convento se construyó la estación.
El Ayuntamiento de Valladolid en su sesión de 28 de marzo de 1884 acordó la cesión gratuita, durante un máximo de 15 años, de los terrenos para ubicar la estación provisional mientras se construía la definitiva. Si pasados los 15 años la Compañía quería seguir haciendo uso de los mismos, debería pagar un canon anual. La Compañía del Ferrocarril tomó posesión de los terrenos de San Bartolomé el día 29 de Abril de 1884. Los terrenos ocupados medían 4608,16 metros cuadrados y se valoraron en 32257,15 pesetas.
En Valladolid, cabecera de línea, nada queda de las dos instalaciones fijas con las que contó, pues tanto la estación de Campo de Béjar, ocupada hoy en día por la Estación de Autobuses, como la de San Bartolomé, desaparecieron bajo la piqueta, sin dejar rastro alguno de su existencia.
El solar que ocupara la estación de San Bartolomé es hoy plaza en Valladolid. Esta plaza sufrirá varias remodelaciones a lo largo de los años. La última más importante es la inaugurada en 1987, con la asistencia del Ministro de Obras Públicas.
En ella entre el parque de reducidas dimensiones y cobijado por los antiguos árboles se instalaría la máquina del tren de Rioseco, que había estado en las Moreras, y que fue restaurada por Salvador Barrios. Hoy como recuerdo de su antigua estación, la plaza de San Bartolomé sigue siendo un nudo importante, pues por ella tiene acceso a la ciudad las autovías de Palencia y León.
En la plaza donde se asentaba la estación existió en el siglo XVI un Hospital, que se trasladó al general de Valladolid a principios del siglo XVII. Sobre las ruinas del mismo, se construyó en 1628 el convento de las monjas Trinitarias. El convento fue invadido por las tropas francesas en el año 1837, pasándose las monjas al convento de Jesús María. Sobre el solar del convento se construyó la estación.
El Ayuntamiento de Valladolid en su sesión de 28 de marzo de 1884 acordó la cesión gratuita, durante un máximo de 15 años, de los terrenos para ubicar la estación provisional mientras se construía la definitiva. Si pasados los 15 años la Compañía quería seguir haciendo uso de los mismos, debería pagar un canon anual. La Compañía del Ferrocarril tomó posesión de los terrenos de San Bartolomé el día 29 de Abril de 1884. Los terrenos ocupados medían 4608,16 metros cuadrados y se valoraron en 32257,15 pesetas.
En Valladolid, cabecera de línea, nada queda de las dos instalaciones fijas con las que contó, pues tanto la estación de Campo de Béjar, ocupada hoy en día por la Estación de Autobuses, como la de San Bartolomé, desaparecieron bajo la piqueta, sin dejar rastro alguno de su existencia.
El solar que ocupara la estación de San Bartolomé es hoy plaza en Valladolid. Esta plaza sufrirá varias remodelaciones a lo largo de los años. La última más importante es la inaugurada en 1987, con la asistencia del Ministro de Obras Públicas.
En ella entre el parque de reducidas dimensiones y cobijado por los antiguos árboles se instalaría la máquina del tren de Rioseco, que había estado en las Moreras, y que fue restaurada por Salvador Barrios. Hoy como recuerdo de su antigua estación, la plaza de San Bartolomé sigue siendo un nudo importante, pues por ella tiene acceso a la ciudad las autovías de Palencia y León.
-Fuente: El ferrocarril económico de Valladolid a Medina de Rioseco (1884-1935). Salvador Barrios Rubio. ISBN: 84-7852-975-6
-Fuente: El Tren burra. Godofredo Garabito Gregorio. ISBN: 978-84-96864-32-0
-Fuente: El Tren burra. Godofredo Garabito Gregorio. ISBN: 978-84-96864-32-0
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