Este no es el Pisuerga, pero nos da una idea de lo que fue aquel crudo invierno
El invierno más crudo del que hemos encontrado noticias fue el de 1729. Con heladas cercanas a los 30 grados bajo cero, el Pisuerga se heló hasta el punto de que por la superficie pasaban los carros desde una orilla a la otra. Matías Sangrador, cronista oficial de la ciudad, escribió así: "...fueron tan intensos los fríos y tan continuadas las escarchas durante el invierno... que con grande admiración se heló el Pisuerga, permaneciendo en este estado desde el día 17 de enero hasta el 1º de febrero. Durante estos días hubo algunos particulares que, herrando sus caballos con clavos a punta de diamante, pasearon el río cruzando por debajo del Puente Mayor hasta el Monasterio de los Santos Mártires: hubo sobre el hielo juego de barra, danzas y grandes reuniones, sin haber ocurrido más que una sola desgracia.
El sacristán de San Pedro, empeñado en conocer la grosura del hielo, comenzó a cavar con un azadón frente a la iglesia de San Nicolás y cuando ya iba a quedar satisfecha su curiosidad, se abrió el hielo y se sumergió en el río, quedando degollado en el acto".
Otro historiador, que ha guardado el anonimato, añadió: "La nieve que a la escasa influencia del sol se derretía en los tejados, formaba témpanos de a vara, que exponían al transeúnte; por lo cual el corregidor mandó que se desgarraran y cubrieran las calle con estiércol para evitar las caídas. Duró esta crudeza del temporal hasta el 10 de febrero.
A lo largo de la historia nuestro río se ha helado en numerosas ocasiones. Foto: AMVA
El sacristán de San Pedro, empeñado en conocer la grosura del hielo, comenzó a cavar con un azadón frente a la iglesia de San Nicolás y cuando ya iba a quedar satisfecha su curiosidad, se abrió el hielo y se sumergió en el río, quedando degollado en el acto".
Otro historiador, que ha guardado el anonimato, añadió: "La nieve que a la escasa influencia del sol se derretía en los tejados, formaba témpanos de a vara, que exponían al transeúnte; por lo cual el corregidor mandó que se desgarraran y cubrieran las calle con estiércol para evitar las caídas. Duró esta crudeza del temporal hasta el 10 de febrero.
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