Aquí os muestro dos curiosos bandos publicados a mediados del siglo XIX en nuestra ciudad. Uno, de Mariano Campesino, alcalde primero, en el que se muestra decidido a mantener, de manera firme e inexorable, el orden público y a corregir los males que ofendan la buena moral de la sociedad. El otro, visto desde la perspectiva actual bastante gracioso, publicado por el también alcalde Pelayo Cabeza de Vaca y conocido vulgarmente como de los bigotes, en el que se prohibía usar bigote y otros distintivos militares sin pertenecer al Ejército ni a la Milicia Nacional.
Y algunos se quejan ahora de la falta de derechos y la dureza de las leyes. Eran otros tiempos, cuando Valladolid era un emporio militar. Ahora es otro cantar.
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