El desaparecido Restaurante Rancho Grande

En esta casa molinera, en el paramo de S. Isidro, se instaló el Rancho Grande

"El Rancho Grande" formaba parte de una finca propiedad de Emilia Barbero, la madre de este clan que heredó uno de los "Cañarrua", Carlos Martínez Barbero.
En 1951, Leopoldo Fernández García, natural de Traspinedo, compró la casa y la finca de 15.000 metros cuadrados por una respetable cantidad de dinero, 155.000 pesetas. Con él llegaron su mujer, Epifania Chicote, y diez hijos pequeños dispuesto a arrimar el hombro para que aquella empresa tuviera final feliz.
"El Rancho Grande" era el primer proveedor de los pobladores del cuartel de Intendencia, que a base de bocadillos de chorizo y de queso encontraban el complemento alimenticio necesario para sobrellevar el esfuerzo que requería lo que se anunciaba en un rótulo a la entrada del recinto militar: "Todo por la patria". Los bocadillos costaban dos reales y se los quitaban de las manos, así que la familia pensó en mejorar la oferta gastronómica ampliando primero la taberna y adosando después un patio con enredaderas que era una especie de oasis en el caluroso desierto mesetario. El plato estrella de la taberna eran los huevos fritos con patatas y chorizo que, acompañados de pan y vino costaban dos pesetas.

Patio de el Rancho Grande

Durante muchos años se consumieron diariamente muchas docenas de huevos porque sus clientes castrenses fueron la mejor propaganda para que desde los barrios vecinos subiera mucho personal a probar los huevos de corral con puntillas que se iban del mundo.
Quienes con ocasión de la romería de San Isidro o de algún festejo familiar visitaron "El Rancho Grande" en aquellos tiempos recordarán también con cierta nostalgia las estupendas ensaladas de lechuga, tomate y cebolla, productos de la huerta que cuidaba con mimo Leopoldo; decir que pasaban de la tierra al plato no era un eufemismo.
El Rancho Grande ha seguido siendo hasta hace no muchos años un sitio acogedor, familiar y entrañable en el que uno se sentía como en casa. En 2004 se vendió el rancho y la finca por bastante más dinero de lo que costó medio siglo atrás. Su lugar lo ocupan ahora viviendas de nueva construcción.


-Historia de 100 tabernas vallisoletanas. (José Miguel Ortega Bariego). ISBN:84-611-2626-2



Comentarios

VH ha dicho que…
* viviendas de nueva construcción... abandonadas en mitad del proceso de construcción