A principios del siglo XX inmigrantes procedentes de las zonas rurales castellanas se asentaron en el cinturón exterior de la ciudad, ocupando tierras de labranza y construyendo sus casas al margen de la legalidad.
Calle Vegafría |
Se trataba de lo que tradicionalmente se ha venido llamando casas molineras y que constituyó la generalidad del caserío de los últimos años del siglo XIX en la calle Clodoaldo Tranque, avenida de Segovia o el Paseo de San Isidro en el barrio de Las Delicias. Se trataba, pues, de edificaciones dispersas que en su mayoría se habían levantado sin ningún tipo de licencia.
Calle Vegafría |
Se trataba de casa de planta baja distribuidas en torno a un pasillo central que daba entrada a tres o cuatro habitaciones. Además, estas ocupaban una superficie útil entre cuarenta y cincuenta metros cuadrados, aparte del corral que se ubicaba en la parte trasera.
Calle Julio Ruiz de Alda |
En ocasiones, con el tiempo los patios ocuparon una superficie que triplicó o cuadruplicó la superficie construida del inmueble. Sus accesos, a veces, no se situaron en el interior del edificio, sino que inmediatos a ellos, posibilitando la entrada y salida a través, por ejemplo, de un paso de carros.
En la calle Canarias |
En un primer momento, la solicitud de licencia de obras de una simple tapia de cerramiento o la construcción de un primer cuerpo de fachada podía encerrar la idea de edificar una casa molinera. Además, muchas de estas viviendas mutaron de tipología cuando sobre sus plantas bajas se proyectaron nuevos pisos. De hecho, a la hora de accederse a las licencias de obras, los proyectos de casas molineras debían demostrar que su construcción podía soportar, para el futuro, la elevación de sucesivas plantas. Y así fue.
Si damos un paseo por la calle Vegafría y alrededores podemos ver todavía en pie alguna de estas reliquias la mayoría en ruina y abandonada esperando una buena oferta por parte de alguna constructora, cosa que, en los tiempos que corren veo harto difícil.
-Fuente: El Valladolid de los Ortiz de Urbina. Fco. Javier Dominguez Burrieza
Comentarios
En la Cañada de Puente Duero ocuparon -y todavía hay alguna- las lindes de la Cañada y de las tierras limítrofes, todas de forma ilegal. Hubo una dejación de las administraciones y finalmente varias fueron legalizadas al trascurrir el plazo legal sin que los dueños de los terrenos las reclamaran o pudieran reclamar. Curiosamente, sus nuevos propietarios vendieron los terrenos a precio de oro en los momentos de especulación urbanística de los años noventa... Aquellas casas, muchas de ellas sin agua corriente ni luz sirvieron para dar cobijo a miles de inmigrantes llamados por el crecimiento industrial de la ciudad.
Cuando alguien habla de casas molineras yo no pienso solo en las de Valladolid, pienso en este tipo de barrios para gremios obreros que construyo la La Falange por toda España, pero igual estoy usando mal el término "casa molinera"
2) Alguien apunta en otro comentario a un doble sentido de la palabra "molinera" y es que la palabra "molino" o la palabra "arroyo" ya desde la edad media y toda la literatura posterior y en la cultura popular significan: "mujer que se prostituye" o tambien "hijo de cien padres". Lazarillo de Tormes significa hijo del arroyo, alguien que no es conocido como "el hijo del Benancio o el hijo del Manolo" sino que es conocido por ser hijo de la profesion mas antigua del mundo.
De ahi vienen expresiones como "pasar por la piedra" o "pasar por el pilón" (de la piedra del molino o de las piedras o el pilón de lavar la ropa en el rio) Otra razón del significado sexual de la palabra "molino" eran las familias del campo que no tenian dinero para pagar al molinero para que convirtiese el grano en harina ni podian renunciar a una parte del poco grano que tenian (como pago al molinero). Asi que muchas mujeres del campo casadas o no, con hijos o no llevaban el grano al molinero y le pagaban con "favores" para asi llevar harina a casa y cocer pan.
Hay una canción del cancionero tradicional que dice:
Al lado del molino, llorando la encontré
consolarla no pude, llorando la dejé
(...)
como quieres que la olvide si con ella tengo un niño
cada vez que voy a verla, se me arrima el angelillo
Al lado del molino, llorando la encontré
consolarla no pude, conmigo la llevé
Los Estoparesumen el contenido de una canción en su título (tambien es la primera frase de la canción)6 palabras: "Fui a la orilla del rio". ¿De que habla la canción? de un encuentro sexual con una mujer. ¿Como define a esa mujer? Pues dice que es el tipo de mujer que acostumbra a estar al lado del rio y sola (metáfora tradicional de la poesia para referirse al oficio mas antiguo del mundo).
Alguien apuntaba en otro comentario al sentido peyorativo de la palabra "molinera" y tiene razón, es una de esas palabras con doble sentido. No se me ocurre otra palabra que tenga un doble sentido tan sexual o peyorativo, ya desde la baja edad media.