Tesoros de la Guerra de la Independencia en Valladolid



La acumulación de metales nobles como el oro y la plata, en forma de monedas y joyas, ha sido práctica acostumbrada a lo largo de la Historia. Su conservación como valor seguro ha dado lugar a su atesoramiento y ocultación en tiempos de inseguridad económica y, sobre todo, en momentos de amenaza y guerra para evitar su saqueo o su requisamiento. Esto ha venido deparando hallazgos ocasionales que frecuentemente proporcionan ricos conjuntos arqueológicos y una interesante información en torno a los hechos y acontecimientos históricos que provocaron tales ocultaciones.
En los términos municipales de Cabezón de Pisuerga y de Peñafiel tuvieron lugar, en 1963 y en 1989 respectivamente, los hallazgos de sendos tesoros: de joyas y monedas de oro y plata en Cabezón, y de monedas de plata en Peñafiel. En uno y otro caso, las fechas de los atesoramientos permiten vincular su ocultación al marco temporal de la Guerra de la Independencia (1808-1814), que tuvo importantes episodios en la provincia vallisoletanas.

El tesoro de Cabezón
Reúne ciento ochenta y ocho joyas de oro y plata, y setenta y tres monedas de oro de los reinados de Felipe V, Fernando VI, Carlos III y Carlos IV. Fue hallado dentro de "un ánfora" de cerámica, en el "Pago del Doctor", de Cabezón de Pisuerga, en el límite del Cerrato, zona donde ejerció su control la guerrilla de Tomás Príncipe. La cronología aportada por las monedas hizo relacionar su enterramiento con la batalla del puente de Cabezón, pero el reciente estudio de las joyas aclara que, si bien el momento de la ocultación se debe a partir de 1795 (fecha de acuñación de la moneda más moderna), las marcas de alguna de las alhajas piden llevar su datación hasta el segundo cuarto del siglo XIX.

Tesoro de Cabezón

Las características del conjunto de joyas y monedas hacen pensar que pudo pertenecer a un comerciante dedicado a la compra y venta de joyas de oro, quien lo pudo ocultar o a quien fue robado por cuadrillas guerrilleras, o por sus dispersos y desertores, en un momento avanzado de la guerra o con posterioridad a la finalización de la contienda, acaso ya en las querellas políticas del segundo cuarto del siglo XIX.

Tesoro de Cabezón
Las monedas del conjunto son poco variadas: salvo una de dos escudos, las otras setenta y dos son de medio escudo. Sin embargo las alhajas ofrecen una amplia variedad de tipos

El tesoro de Peñafiel
Fue hallado en 1989, oculto también en el interior de una barrilla de barro, en un almacén de la plaza del Mercado Viejo. Está formado por 280 monedas de plata pertenecientes a los reinados de Carlos III, Carlos IV, José Napoleón y Fernando VII. Dos de las monedas son francesas, de Luis XV, pudiéndose establecer la fecha de su escondite a partir de 1810, en el momento álgido de la actividad guerrillera en la zona de Valladolid.

Tesoro de Peñafiel
El día 29 de septiembre de ese mismo año los guerrilleros españoles expulsaron a la guarnición francesa de Peñafiel, teniendo el general Kellermann que enviar un fuerte contingente de tropas, con dos cañones, para recuperar la población. En tal situación, es muy probable que algún vecino decidiera esconder al menos una parte de sus caudales, y no debe extrañar que más de uno no pudiera, por una y otra causa, recuperar luego su patrimonio.

Tesoro de Peñafiel
El tipo de moneda predominante en este conjunto, el real de a ocho, fue acuñado en grandes cantidades en las Casas de Monedas de las colonias americanas, de las que procede la mayoría del monedaje de este tesoro: 183 monedas son de México, 42 de Lima, 24 de Potosí, 4 de Guatemala, 2 de Santiago de Chile. Solo 21 son de Madrid y 2 de Sevilla. El real de a ocho, era la moneda fuerte de la época.

Fuente: Museo de Valladolid

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