Himmler frente a la catedral de Burgos (Foto: FEDE. Diario de Burgos) |
El 19 de octubre de 1940 Henrich Himmler, jefe supremo de las Waffen S.S y mano derecha del Hitler, visitará España para trazar los preparativos de la entrevista que entablarán poco después Franco y el propio Hitler en Hendaya.
Con la intención de pasar por Madrid para entrevistarse con el caudillo, el bávaro declinó unos meses antes de su viaje la idea de viajar de forma directa a la capital y optó por pasar antes por Burgos. Su plan no fue casual. Cabe recordar que Burgos había sido durante años la 'capital de la cruzada', y para los nazis era de sobra conocido el amor «por el fascismo» de los habitantes de esta pequeña ciudad de provincias. Himmler visitó la catedral y la Cartuja y cenó en el palacio de la Isla, residencia privada de Franco durante la Guerra Civil.
Llegada del jefe de las SS, Heinrich Himmler, a la Estación del Norte en Madrid - ABC |
A las 23 h, la expedición tomó un tren hacia Madrid, con una parada a las dos de la madrugada en Valladolid, donde el gobernador civil se quedó con las ganas de saludar al Reichsführer pues nadie se atrevió a interrumpirle el sueño.
Juan Eslava Galán describe con humor esta anécdota en su libro "Los años del miedo":
"A las dos de la madrugada, realizan una breve parada en la estación de Valladolid. En el andén aguardan el gobernador civil y las jerarquías provinciales del Movimiento que han acudido a cumplimentar al ministro nazi. Un asistente explica que el Reichsfiíhrer duerme profundamente y no se le puede molestar. Con cierta contrariedad, los miembros del comité de recepción regresan a sus casas, se despojan de las galas falangistas y de las botas empapadas antes de acostarse.
La dormida esposa cambia de postura su cuerpo voluptuoso, tirando a voluminoso, y pregunta entre sueños:
¿Cómo te ha ido con el alemán?
-Muy bien, muy bien -miente el jerarca-. Gente muy atenta. Verdaderos camaradas.
Se acomoda la almohada y piensa:
-¡Menudos hijos de puta engreídos!"
Por lo tanto, podemos decir que Himmler durmió en Valladolid, aunque fuese de forma efímera.
Cinco años después de su visita a España, y después de traicionar a su leal Hitler intentado pactar un armisticio con los aliados, Himmler se suicidó mordiendo una cápsula de cianuro cuando era apresado por los agentes que el Fuhrer mandó para capturar al hombre que nunca llegó a ser juzgado por sus crímenes.
Atrás quedaron los cadáveres y restos de los millones de personas que fueron exterminadas en numerosos campos de concentración de Europa por su raza, ideología, religión o condición física o sexual. De aquello poco o nada sabían los españoles que aquellos días de octubre se echaron a la calle para recibir al ideario de la Solución Final.
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