La zona a finales del siglo XVIII, previo a la construcción de la Academia de Caballería |
Ya en 1859 se hace mención en El Norte de Castilla a la instalación de unos pequeños jardines en la parte delantera de la Academia de Caballería, los cuales pervivirán, con sucesivas modificaciones, a lo largo de toda la centuria. Pero estas no son obras que rompieran con las características que había tenido este espacio desde antiguo, no formando una verdadera plaza, sino siendo más bien un cruce de caminos. Es por este hecho que en los años siguientes el espacio correspondiente a la plaza tan solo se veía afectado por la ejecución de los diversos proyectos que tenían como fin la recomposición o nueva creación de enlaces entre las diversas vías, destacando de entre ellas la de la carretera de Madrid.
Esta carretera provocará no pocos problemas. En 1877 ésta pasaba por el centro del Campo Grande, que estaba siendo reformado de manera notable. Por este hecho Ruiz de la Sierra presentó un proyecto para variar el trazado de la citada vía a lo que en la actualidad es el paseo de Zorrilla. La idea fue acogida con entusiasmo por todos, concediéndose el correspondiente permiso sin mayores trabas y llevado a cabo en los años siguientes. En 1883, ya sin Ruiz de la Sierra en el puesto de arquitecto municipal, se concluía el proyecto, discurriendo la carretera por el paseo de Zorrilla, en aquellos tiempos acera de Sancti Spíritus.
Este espacio desde antiguo, no formaba una verdadera plaza, sino siendo más bien un cruce de caminos |
La existencia de una importante vía hacía necesario un lugar desahogado que sirviera de distribución de la circulación. Por este motivo en 1894, tal y como recoge Fernández del Hoyo, se planteé por primera vez en el Ayuntamiento la posibilidad de abrir una gran plaza. Tras el correspondiente estudio, en diciembre de ese mismo año se aprobó la construcción de la plaza de Zorrilla, recibiendo todo tipo de parabienes.
La prensa recoge la ejecución de las obras, que fueron llevadas a cabo con una sorprendente rapidez, ya que en marzo de 1895 estaba perfectamente trazado el perímetro de la misma. Pero durante la ejecución de las obras comenzaron también las voces contrarias a la existencia de la citada plaza, encabezadas por el diario La Libertad, periódico republicano de Clara inclinación al Partido Democrático Progresista. Este diario, enemigo del alcalde Ramón Pardo, atacó con dureza la propia existencia de la plaza, así como las ideas urbanísticas de la misma.
Tanto en las informaciones de La Libertad, como en las de otros diarios como El Norte de Castilla, se recogía la posibilidad de instalar una fuente monumental en el centro de la plaza. En concreto se hablaba de la posibilidad de trasladar la Fuente de la Fama a aquel lugar, aunque gustaba más la posibilidad de erigir un monumento al vate vallisoletano. Al final, las idea de trasladar la Fuente de la Fama fue desestimada, al igual que la de levantar un monumento a Zorrilla, optándose por la construcción de una nueva fuente, la cual fue concluida en los últimos meses de 1895. Ésta estaba realizada en piedra blanca, posiblemente de Campaspero, de pequeña altura y forma cuadrilobulada.
Preparando los cimientos para la estatua de José Zorrilla |
Poco duró la plaza de Zorrilla con este nuevo elemento, ya que cuatro años después se plantea de nuevo, y en esta ocasión de manera definitiva, la erección de una estatua al poeta vallisoletano. Esta reforma, la última que sufriría la plaza en el siglo XIX, implicaba la instalación de un jardín de 52 metros cuadrados encerrado en una verja octagonal decorada con escudos de la ciudad, liras y ramas de laurel. Cabe destacar sobre este jardín que rodeaba el monumento en memoria de José Zorrilla que no estaba colocado en el centro de la plaza, sino centrado con relación al Paseo del Príncipe.
Fuente: El siglo en que cambió la ciudad (José Miguel Ortega del Río)
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