Palacio de Fabio Nelli

El Palacio de Fabio Nelli es, a juzgar por los críticos e historiadores, el edificio renacentista del periodo clasicista más importante de la ciudad de Valladolid (España). Según palabras del arquitecto Antonio Bustamante García, «se considera este palacio como el mejor exponente y obra de primera fila dentro del Clasicismo de la arquitectura civil de Valladolid». Los críticos de arte aseguran que tuvo mucho que ver en el resultado de la obra el buen entendimiento y comprensión entre el promotor, el banquero Fabio Nelli, y la genialidad y maestría del autor Pedro de Mazuecos el Mozo.
Levantado en una época en la que Valladolid iniciaba su decadencia, su construcción duró unos veinte años, sucediéndose periodos de inactividad en la obra y un cambio de arquitecto por la muerte de Juan de la Lastra, que fue quien lo inició.


Decorado y rematado siguiendo el gusto clasicista italiano, su fachada, su patio y su escalera son el máximo exponente de este tipo de arquitectura en Valladolid. Tras la muerte del banquero tuvo varios usos, hasta que en el siglo XX pasó a ser sede del Museo de Valladolid, institución destinada a recoger todos los restos arqueológicos y artísticos de la provincia.
Su estado de conservación es relativamente bueno, precisando con urgencia una ampliación del espacio dedicado al museo y una restauración de la fachada y el patio del propio palacio.


Contexto Histórico
El Valladolid de mediados del siglo XVI y comienzos del XVII era una ciudad que habiendo conocido su esplendor iniciaba una etapa decadente que perduraría siglos. Fabio nació en 1533, pero la ciudad ya se encontraba estancada desde la derrota de los comuneros. Seis años antes, en 1527, Valladolid presenció uno de los acontecimientos más importantes de su historia: el nacimiento del futuro rey Felipe II en el Palacio de Pimentel. Ese mismo año, se inició la construcción de la nueva colegiata, que, tras varios retoques del proyecto y retrasos de las obras, obtuvo el rango de catedral, aunque nunca llegó a terminarse. En 1561 un incendio destruyó gran parte de la ciudad, tras el cual Felipe II se comprometió a reconstruir las zonas destruidas, dotando así a la ciudad de la primera Plaza Mayor regular de España. La decisión del rey de asentar la Corte en Madrid supuso un serio varapalo para la ciudad (lo mismo ocurrió con Toledo), que inició el camino decadente en el que se mantuvo hasta bien entrado el siglo XIX. Recibió un soplo de aire fresco con la concesión del título de ciudad y con la llegada de la Corte en 1601, pero al cabo de cinco años, Felipe III regresó de nuevo a Madrid y Valladolid quedó sumida en un letargo.

La figura de Fabio Nelli
Fabio Nelli fue un importante banquero vallisoletano nacido en 1533. Su padre, Alfonso Nelli, que murió arruinado en Tábara (Zamora), pertenecía a una familia de financieros de Siena (Italia). Su madre fue Damiana de Espinosa. Al morir su padre, Fabio Nelli marchó a Sevilla en compañía de sus tíos Pedro y María de Espinosa. Allí trascurrió su vida profesional.
Casó en su madurez con doña Violante Rivadeneira (que murió en 1591). Tuvieron dos hijas: Damiana, que casó con su primo Hernando de Rivadeneira y Leonor, que casó con Cristóbal de Benavente y Benavides y que más tarde fue conde de Fontenar.
Damiana tuvo un hijo llamado Alonso Nelli (1601-1662) que casó con Catalina de Zúñiga. Tuvieron un hijo llamado Baltasar Francisco de Rivadeneira y Zúñiga, a quien Felipe IV otorgó el título de marqués de la Vega de Boecillo en 1663. Es el propietario del escudo que se ve en la fachada del palacio de Fabio Nelli y del escudo que se conserva en la finca de Boecillo.
Fabio Nelli constituyó mayorazgo en 1595 y lo ratificó en 1608 con alguna novedad. Lo hizo a favor de su hija mayor Damiana y de sus descendientes. Al morir Damiana en 1614, el mayorazgo pasó a su hijo Alonso Nelli.


El regreso a Valladolid
La prosperidad económica de la ciudad -consecuencia de su estrecha relación con la Corona-, que ya desde el siglo XII había concedido las primeras ferias, atrajo hacia la ciudad acaudaladas familias de comerciantes y banqueros.
Fabio Nelli de Espinosa, hijo del banquero sienés Alfonso Nelli, nació en Valladolid, pero los negocios familiares en una época de auge del comercio con América le llevaron fuera de su ciudad natal hasta 1576, fecha de su vuelta definitiva y en la que encargó la construcción de su residencia.
Sobre varias casas adquiridas al Conde de Osorno, el arquitecto Juan de la Lastra planteó una residencia castellana. Pero desde 1595 el arquitecto Pedro de Mazuecos introdujo elementos de inspiración italiana: fachada simétrica con dos torres y acceso en el centro, en línea con la entrada al patio. Éste tiene columnas en tres de sus lados, mientras que el cuarto está cerrado con un muro, al orientarse hacia el norte, y ser por ello más frío.


La construcción del Palacio
Las obras del palacio se iniciaron en 1576 en el solar de las casas principales ya citadas. El día 15 de abril de ese mismo año firmaron un contrato el banquero Fabio Nelli y el maestro de cantería Juan de la Lastra para llevar a cabo la cimentación de los muros del edificio.
Construyó Juan de la Lastra los cimientos y las crujías correspondientes. El esquema a seguir era el habitual en la construcción de los palacios vallisoletanos: un zaguán situado a la izquierda de la fachada, con las puertas de la calle y del patio desenfiladas formando una línea oblicua sin tener en cuenta un eje de simetría. Situó pues la puerta de acceso al patio desde el zaguán de modo quebrado para evitar toda visión desde la puerta exterior.
Juan de la Lastra tomó como modelo para labrar la puerta del zaguán que daba al patio, al arquitecto Baldassare Peruzzi en su obra de restauración del palacio Máximo Colonne, tanto en la forma como en la ubicación. Las obras continuaron durante los seis años siguientes según las trazas de un palacio de tradición vallisoletana, con el típico zaguán descentrado, tal y como se hizo en la casa de Berruguete, palacio de Escudero-Herrera, palacio de Pimentel y en tantos otros. Pero la obra de Juan de la Lastra quedó truncada por enfermedad y muerte del artista que en enero de 1582 otorgó testamento poco antes de morir.

Busto de Fabio Nelli

A partir de ese año el escultor Francisco de la Maza y el arquitecto Pedro de Mazuecos el Mozo se encargaron de continuar la construcción del edificio. Se tiene noticia de los contratos respectivos gracias al documento del A.H.P y U. que aparece con la firma del escribano Miguel Palacios, (año de 1582, leg. 531, fol. 100). En este legajo se da toda clase de instrucciones y detalles para la labra de las columnas y escalera del patio principal, a partir de las trazas de Pedro de Mazuecos el Mozo. Ese año comenzaron las obras de patio y escalera, que duraron cuatro meses tal y como se exigía en dicho contrato.
En 1589 Fabio Nelli decidió ocuparse personalmente de la dirección de las obras de su palacio (hasta el momento se había ocupado su hermano) aposentándose en los dos cuartos traseros que eran los únicos que estaban terminados incluso con decoración. El primer paso fue la terminación de la fachada y portada para lo cual se dirigió al joven y prometedor Diego de Praves que aceptó, contando como fiadores con Juan de Nates y Juan de Mazarredonda y como testigo Pedro de Arce. En el contrato se hace mención al tiempo que deben durar las obras y al precio establecido.
En el mes de diciembre todavía estaban trabajando en la crujía de la delantera, por lo que los inquilinos del palacio tenían grandes dificultades para salir a la calle; Fabio Nelli pidió permiso a su vecino colindante, el alarife Domingo de Azcutia para poder utilizar un callejón de su propiedad que tenía acceso a la calle de la Puente (actual Expósitos).

Portada Lateral en la calle de Expósitos

Las obras se paralizaron durante cinco años. Los historiadores no tienen muy claro cuál fue la causa, aunque se inclinan por la crisis económica que comenzó en la última década del siglo, frente a los años anteriores (década de los 80) en que todo había sido prosperidad y abundancia. Pasados esos cinco años, Fabio Nelli encargó las obras de la delantera y portada a Pedro de Mazuecos el Mozo, otorgándole toda su confianza. Entre los comienzos de las obras del palacio en 1576 y el nuevo contrato, habían aparecido en Italia nuevas ideas en el mundo de la arquitectura. Las soluciones que dio Mazuecos para la ubicación del zaguán y tamaño y posición del patio y para la construcción de la portada fueron inspiradas en el Tratado de Sebastián Serlio, De la Antigüedad, Libro Tercero. Pedro de Mazuecos fue uno de los más influyentes arquitectos dentro del foco clasicista vallisoletano.

La misma portada antes de ser rehabilitada

En el caso del palacio de Fabio Nelli no se trataba de restaurar un edificio gótico sino de concluir una fachada y portada en un edificio cuyo interior no respondía exactamente a las nuevas modas. Según el gusto de Fabio Nelli, el palacio debía terminarse siguiendo la moda italiana más reciente y para ese fin confió plenamente en Pedro de Mazuecos.
Pedro de Mazuecos trasladó la puerta de entrada al patio desde el ángulo izquierdo donde se encontraba al centro de la crujía, dejando así el nuevo zaguán centrado. La puerta de entrada desde la calle también la ajustó en medio de la fachada. A partir de esta disposición centrada y enfrentada Mazuecos diseñó y distribuyó el resto del edificio, dando al palacio los principios clasicistas que hasta el momento no se habían experimentado en la arquitectura palaciega de la meseta norte: simetría, frontalidad y centralidad.

El Palacio tras la muerte del banquero
El banquero fundó una Obra Pía en previsión de que se extinguiera la descendencia directa o indirecta, como sucedió en efecto. Dejó escrito que se estableciera en el palacio un hospital y albergue de estudiantes pobres, cosa que nunca se llevó a cabo. Al principio sirvió de residencia a algunos altos cargos religiosos y también se arrendó a personas particulares.


En 1774 el prior y otros religiosos del convento de San Pablo eran patronos de las memorias y obras pías fundadas por Fabio Nelli así como administradores de sus bienes en nombre de la Chancillería. En ese momento vivía como arrendatario en el palacio Ramón Castaños Leguizamon, patrono de la iglesia de Nuestra Señora de Begoña, marqués de Vargas y vecino de Valladolid. Encargó por su cuenta las reparaciones y arreglos necesarios en el edificio, por todo lo cual protestaron los frailes patronos. El señor Castaños, como respuesta, presentó una denuncia en la Chancillería acusando a dichos frailes de dejación en responsabilidad. La Chancillería le dio la razón.
Durante la Guerra de la Independencia Española el edificio fue ocupado por las tropas francesas, que lo utilizaron como almacén, causando muchos desperfectos. En 1816 fue utilizado para instalar las oficinas de la Real Hacienda. Tras la Desamortización pasó al Estado y poco después fue vendido a Felipe Tablares Maldonado por 114.000 reales.
En el siglo XX lo volvió a adquirir el Estado y en 1968 fue restaurado para albergar el museo Arqueológico.
En la actualidad el Palacio Alberga el Museo de Valladolid. La colección se distribuye en dos secciones: Arqueología (10 salas) y Bellas Artes (8 salas)


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-Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Palacio_de_Fabio_Nelli

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