Al margen de lugar de festejos y celebraciones de toda índole, el Campo Grande fue notorio también por una función más sombría, la de albergar el patíbulo donde eran ejecutados los condenados, tanto por la Inquisición como por la jurisdicción civil. Sabemos que ya en 1506 se colocaba la horca en un lugar cercano a la entrada del Campo, y, según afirma Agapito y Revilla, se conocía con el nombre de la “hoguera” o el “brasero” el espacio que luego se denominó en el siglo XIX Campo de la Feria, porque allí eran quemados los herejes. En realidad el punto exacto en que se alzaba el cadalso, horca y hoguera, no está bien precisado y podía variar, aunque, las más de las veces, se levantó cerca de la entrada del Campo.
Sabemos que el Santo Oficio se mostró muy activo en Valladolid. Los Autos de Fe fueron frecuentes y algunos muy vistosos, sobre todo en los siglos XVI y XVII. Se celebraban en la Plaza Mayor y de allí partían los relajados hasta el lugar del suplicio. Refiere Canesi que, con motivo de las ejecuciones, era llevada al Campo Grande la imagen del Cristo llamado del Perdón, perteneciente a la Cofradía de la Pasión. Sin duda, este Cristo, arrodillado y orante, sería colocado junto al patíbulo para consuelo de los reos.
En el Auto, muy solemne, que se celebró el 21 de mayo de 1559, fueron juzgados treinta y un reos, uno de ellos en efigie. El principal, el Doctor Agustín Cazalla, sacerdote que había sido predicador y capellán del Emperador, fue acusado de luteranismo y de haber arrastrado a varias personas a esa herejía. Quince de los juzgados, entre ellos Cazalla, fueron condenados; el resto, reconciliados. Terminado el Auto de Fe, los condenados, montados en mulas, salieron por la calle de Santiago hasta la Puerta del Campo, donde se habían levantado quince hogueras. El Dr. Cazalla, arrepentido, exhortaba al pueblo, que en gran número presenciaba el suplicio, a permanecer fieles a la Iglesia y rechazar la herejía.
En 1561 se celebró otro Auto de Fe importante, presidido por el Arzobispo de Sevilla e Inquisidor General. Fueron reconciliados veintisiete reos y condenados a muerte diez. El Corregidor les condujo al Campo de Marte para su ejecución.
Durante el reinado de Carlos III, en 1667, se celebró otro Auto notorio. Para la ejecución de los condenados se construyó en el Campo, fuera del Arco de Santiago, un amplio círculo, vallado de madera, en cuyo centro había dos elevados postes con argollas de hierro.
En 1729 el cadalso se levantó cerca de las casas llamadas del Chapitel, situadas en lo que actualmente es el Paseo de Filipinos.
Posteriormente las noticias de ejecuciones en el Campo corresponden a los malhechores condenados por la justicia civil o víctimas de los trastornos políticos. En 1801, se ahorcó a un malhechor en la zona entre San Juan de Dios y San Ildefonso, aunque advierte Ventura Pérez que “no se puso la horca en la Plaza por ser ese día de visita general de cárceles y pasar el Acuerdo por allí para ir a la ciudad”. Deducimos que por esa época el lugar más frecuente para poner la horca no era el Campo, sino la Plaza Mayor. En realidad, ambos lugares habían compartido tan dudoso honor desde tiempo atrás, sin que por ello fueran mirados con recelo ni perdieran su estimación como lugares importantes de la vida ciudadana.
-Fuente: Desarrollo urbano y proceso histórico del Campo Grande de Valladolid (María Antonia Fernández del Hoyo). ISBN:84-500-4970-9
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