Estado de la iglesia de la Sagrada Familia poco antes
de su demolición, a finales de la década de los sesenta. (A.S. Familia, sin signaturar).
En 1898 llegaba a los oídos de García Crespo, párroco de San Ildefonso que desde hace unos años buscaba unos terrenos para levantar una iglesia que ayudase a su parroquia en el cumplimiento de de sus “deberes religiosos y […] la administración de los Sacramentos a los enfermos”, la intención de un conocido industrial de la ciudad, don Pedro Pardo Urquiza, y su mujer, doña Ángela San José Goicoechea, de costear la construcción de una iglesia.
En agosto de 1898 se solicitaba la licencia de obras para levantar la nueva iglesia en los solares existentes entre los antiguos números 42 y 44 del Paseo de Zorrilla y su Fielato. El arquitecto elegido para llevar a cabo los planos no sería otro que Jerónimo Ortiz de Urbina, auxiliándole su hijo Antonio en las labores de maestro de obras.
La primera piedra se colocaba el 1 de marzo de 1899. Asimismo, la conclusión de la obra llegó siete meses más tarde. El 15 de octubre se inauguraba y bendecía la iglesia, celebrándose “un suntuoso novenario a la Sagrada Familia” (a quien estaba dedicado el templo), según palabras de González García-Valladolid.
Jerónimo Ortiz de Urbina había proyectado una iglesia de cruz latina de unos 20 metros de largo, ocupando su única nave 13,50 metros de largo y 8 de ancho, el crucero 7 metros de largo y 2,80 de ancho y el ábside, semicircular, un radio de 3 metros. En cuanto a la altura del edificio se pensó en dar 10 metros por el exterior. La superficie total sería de unos 300 metros cuadrados. La fachada adquiría, un cierto aspecto que podría evocar a las construcciones románicas. Las obras no terminaron en la erección del cuerpo de la iglesia, sino que también se levantó, lógicamente, una sacristía, en el lado de la Epístola y a la altura del ábside. A su vez, esta construcción comunicaría con la casa del capellán y la del sacristán, proyectada ya en 1903.
Con el transcurso de los años, la iglesia apenas sufrió modificaciones. En 1906, Pedro Pardo Urquiza hizo colocar una cancela de hierro, adosada a la fachada, con el objeto de “defender la puerta de madera de entrada a la iglesia y evitar que los chicos jueguen en el espacio que queda desde la línea exterior de la fachada hasta la puerta”. Sin embargo, no fue hasta 1937 cuando la fachada principal se cerraba por completo gracias a una verja decorativa.
En cuanto al interior, en 1931 la junta directiva de la “Pía Unión” de San Antonio de Papua, presidida por doña Ángela San José Goicoechea, solicitó la edificación de una capilla dedicada al santo, coincidiendo así con el séptimo centenario de su muerte. En este sentido, no dudamos de que la dirección del proyecto corriera a cargo de Antonio Ortiz de Urbina. Ésta, adosada a la iglesia, en el último tramo de la nave y apoyándose en el crucero, debía abrirse al interior por medio de un gran arco de medio punto. Sin embargo, la falta de datos nos ha impedido constatar su construcción final.
A finales de la década de los sesenta, la comunidad franciscana, propietaria de la iglesia, negoció con diversas sociedades constructoras para la venta definitiva del solar. Ésta, cerrada al público ya desde el 11 de octubre de 1967 sería vendida a un particular, que trasladó su fachada, piedra a piedra, a una finca particular, hoy de nombre “Los Álamos”, en las afueras de Valladolid, inmediata al Camino Viejo de Simancas. Bendecida el 21 de agosto de 1971, hoy día todavía al menos esta parte del edificio se conserva, adosada a un cuerpo de iglesia, en inmejorables condiciones de conservación.
Aunque solamente la fachada fue llevada a esta finca, desde un principio se pensó en mantener, lo máximo posible, la imagen arquitectónica de la iglesia. De ahí la creación de una sola nave de tres tramos y la colocación de grandes ventanales entre contrafuertes. Se trata de un lugar apartado, solitario y en medio de un jardín, donde resalta aquel estilo neorrománico que con el paulatino crecimiento urbanístico del Paseo de Zorrilla había quedado, desgraciadamente, descontextualizado –la iglesia se situó entre edificios que la superaban en altura, donde hoy se levanta el actual número 74 del Paseo de Zorrilla, c/v a la de la calle Tres Amigos.
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En agosto de 1898 se solicitaba la licencia de obras para levantar la nueva iglesia en los solares existentes entre los antiguos números 42 y 44 del Paseo de Zorrilla y su Fielato. El arquitecto elegido para llevar a cabo los planos no sería otro que Jerónimo Ortiz de Urbina, auxiliándole su hijo Antonio en las labores de maestro de obras.
La primera piedra se colocaba el 1 de marzo de 1899. Asimismo, la conclusión de la obra llegó siete meses más tarde. El 15 de octubre se inauguraba y bendecía la iglesia, celebrándose “un suntuoso novenario a la Sagrada Familia” (a quien estaba dedicado el templo), según palabras de González García-Valladolid.
Jerónimo Ortiz de Urbina había proyectado una iglesia de cruz latina de unos 20 metros de largo, ocupando su única nave 13,50 metros de largo y 8 de ancho, el crucero 7 metros de largo y 2,80 de ancho y el ábside, semicircular, un radio de 3 metros. En cuanto a la altura del edificio se pensó en dar 10 metros por el exterior. La superficie total sería de unos 300 metros cuadrados. La fachada adquiría, un cierto aspecto que podría evocar a las construcciones románicas. Las obras no terminaron en la erección del cuerpo de la iglesia, sino que también se levantó, lógicamente, una sacristía, en el lado de la Epístola y a la altura del ábside. A su vez, esta construcción comunicaría con la casa del capellán y la del sacristán, proyectada ya en 1903.
Con el transcurso de los años, la iglesia apenas sufrió modificaciones. En 1906, Pedro Pardo Urquiza hizo colocar una cancela de hierro, adosada a la fachada, con el objeto de “defender la puerta de madera de entrada a la iglesia y evitar que los chicos jueguen en el espacio que queda desde la línea exterior de la fachada hasta la puerta”. Sin embargo, no fue hasta 1937 cuando la fachada principal se cerraba por completo gracias a una verja decorativa.
En cuanto al interior, en 1931 la junta directiva de la “Pía Unión” de San Antonio de Papua, presidida por doña Ángela San José Goicoechea, solicitó la edificación de una capilla dedicada al santo, coincidiendo así con el séptimo centenario de su muerte. En este sentido, no dudamos de que la dirección del proyecto corriera a cargo de Antonio Ortiz de Urbina. Ésta, adosada a la iglesia, en el último tramo de la nave y apoyándose en el crucero, debía abrirse al interior por medio de un gran arco de medio punto. Sin embargo, la falta de datos nos ha impedido constatar su construcción final.
A finales de la década de los sesenta, la comunidad franciscana, propietaria de la iglesia, negoció con diversas sociedades constructoras para la venta definitiva del solar. Ésta, cerrada al público ya desde el 11 de octubre de 1967 sería vendida a un particular, que trasladó su fachada, piedra a piedra, a una finca particular, hoy de nombre “Los Álamos”, en las afueras de Valladolid, inmediata al Camino Viejo de Simancas. Bendecida el 21 de agosto de 1971, hoy día todavía al menos esta parte del edificio se conserva, adosada a un cuerpo de iglesia, en inmejorables condiciones de conservación.
La iglesia sería vendida a un particular, que trasladó su fachada,
piedra a piedra, a una finca particular, hoy de nombre
“Los Álamos”, en las afueras de Valladolid.
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Comentarios
Pequeña, cálida, familiar. Adosado había un convento franciscano. Creo que la iglesia en sí era de la diócesis, aunque la administraba la comunidad conventual. Posteriormente se vendió y se construyó enfrente uno mucho mayor, San Antonio de Padua, con un edificio enorme en la calle Italia para uso de la comunidad. La parroquia se llama La Inmaculada.
Esa fachada, en efecto, está ahora en una finca particular, conocida por los lugareños como “Helios”, aunque el rótulo diga “Los Álamos”, junto a Cañada Real y al pie del pinar de Antequera. De uso restringido y muy escaso, pronto será el centro de una magna urbanización con pretexto de un campo de golf.