El viaje olvidado; El primer vehículo de tracción mecánica que circuló por las carreteras españolas


El primer vehículo de tracción mecánica que circuló por las carreteras españolas lo hizo en Valladolid en el año 1861. Se le bautizó con el nombre de “Castilla” y se construyó en Londres, bajo planos del ingeniero Pedro Ribera. Era claro, un vehículo a vapor, ya que en aquellos años todavía no se había inventado el motor de explosión.
Vino desmontado a Valladolid en el otoño de 1860 para hacer un viaje experimental sobre aquellos viejos caminos tan machacados por diligencias y coches de caballos, entre Valladolid y Madrid. La distancia se las traía. Era, pues, una prueba muy seria en la que la dificultad no sólo estaba en la distancia, sino en el suministro necesario para mantener la caldera con vapor y en los puertos de montaña que habría que cruzar con arrojo.
Suponemos que lo que Ribera pretendía era ofrecer a la industria del transporte unas ventajas superiores a las que ofrecía el tren (la primera línea es de 1848) y el tiro de sangre por los caminos.
Este aparatoso automóvil que se movía a vapor, se desplazaba a seis millas por hora, podía arrastrar 20 toneladas y necesitaba quemar 47 kg de carbón en una hora para no pararse. Llegó a Madrid pasados y vencidos aquellos dieciocho y días y 250 kilómetros desde su salida de Valladolid; y el 6 de marzo de 1861 el periódico “La Correspondencia de España” publicaba la noticia para que toda España se enterara de la hazaña.


 No tiene desperdicio la reseña aparecida el día 6 de marzo de 1861: “Esta tarde ha recorrido las calles de Madrid, la locomotora que procedente de Valladolid vino hace días a la corte para demostrar la facilidad con que, movida por el vapor, recorre los caminos y sube las cuestas. A las cuatro de la tarde ha salido de un parador situado a las afueras, más allá del Puente de Toledo, ha penetrado en Madrid por la puerta de San Vicente, ha pasado dos veces por delante del Real Palacio para que lo examinara S.M La Reina (Isabel II), que estaba asomada a uno de los balcones, y después ha atravesado Madrid desde el arco de Palacio hasta el Prado por la calle Mayor y de Alcalá. Por lo que hemos podido observar la máquina va dirigida por tres hombres que van en un tender delante de ella y tiene ruedas de media vara de ancho. La autoridad tomó algunas precauciones y la prueba se ha hecho con toda felicidad”.
Debemos considerar al “Castilla” como el precursor del automóvil y nuevamente es nuestra ciudad testigo de un hecho histórico tristemente olvidado.

-Fuente: Historias notorias de Valladolid – José Delfín del Val (ISBN-978-84-938164-5-2)

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