Los arcos conservados de la Casa de las Aldabas



Como continuación al artículo anterior nos centraremos ahora con otro retazo de arquitectura urbana que se ha conservado gracias a su traslado a los jardines del Museo Nacional de Escultura.
El 16 de noviembre de 1965 ingresó en el citado museo una arquería procedente de la conocida como Casa de don Rodrigo Calderón. Situada en la céntrica calle Teresa Gil, fue derribada a principios de la década de los 60 y, aunque hubo algún intento por impedirlo, lo único que se salvaron fueron los arcos que actualmente se encuentran expuestos en el jardín del Colegio de San Gregorio



Patio de la Casa de las Aldabas. El círculo rojo señala la Residencia Universitaria Reyes Católcos
(Fotografía Cortesía de Angel Valle)

Conocida esta casa también como Palacio de las Aldabas, tiene una larga historia que se remonta a finales siglo XIII y principios del XIV. No obstante, tenemos que remarcar la importancia que tuvo un hecho acontecido dos siglos más tarde, en los primeros días del año 1425: el nacimiento del que habría de reinar bajo el nombre de Enrique IV de Castilla (1425-1474). En 1469, siendo ya rey otorgó a esta casa "un previlegio muy grande y muy onrrado de que por ninguna causa le fuesen echados huéspedes en ellas y que todas las personas que se acogiesen a ellas por qualquier causas o delitos no les pudiesen sacar de ellas ningunas justicias.". Es lícito pensar que el propietario de la casa en aquel momento, don Alonso de Valladolid (regidor de la ciudad por merced de Enrique IV y de los Reyes Católicos) quisiera ennoblecerla mostrando dicha prerrogativa y colocara a lo largo de la fachada once argollas o aldabas, de unos 20 centímetros de diámetro y situadas a unos dos metros del suelo, como signo emblemático del derecho de asilo a los que allí se acogieran. La expresión castellana "agarrarse a buenas aldabas" alude a la acción de acogerse a la protección de un poderoso o persona influyente, derecho muy conocido en lo eclesiástico, pero inusitado en el mundo civil (aunque existen varios ejemplos de ello, siendo de las más famosas las aldabas situadas en la fachada del Palacio de Carlos V en Granada), por lo que en este caso, tuvo que ser de gran trascendencia en la ciudad y a raíz de este hecho, el Palacio comenzó a denominarse de este modo tan descriptivo. 


Foto: Museo Nacional de Escultura

La arquería que hoy se expone en el Museo Nacional de Escultura se hallaba en el patio del desaparecido palacio, al que se accedía por medio de una puerta de arco de medio punto con grandes dovelas. Patio cuadrado con tres de sus lados iguales a los arcos conservados, es decir, pilares ochavados con capiteles de bolas sujetando arcos de medio punto. La cuarta galería aunque tenía los mismos pilares, los arcos sin embargo eran escarzanos. Este tipo de columnas, eran muy habituales en los palacios y casas de cierta importancia en la ciudad de Valladolid y fueron muy utilizados a finales del siglo XV y principios del siglo XVI, tal y como demuestran las galerías que forman el patio del Colegio de Santa Cruz.


Fuente: http://ceres.mcu.es/

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