La Casa de las Aldabas


La Casa de las Aldabas se ubica en el que hoy en día es el número 18 de la calle Teresa Gil, adyacente al convento de Porta Coeli. Su peculiar nombre le viene dado por las once grandes aldabas que colgaban a lo largo de su fachada. Las Aldabas eran de unos 20 centímetros de diámetro y estaban colocadas a poco más de dos metros del suelo en una línea horizontal a lo largo de la fachada (1). La casa fue fundada por la familia de Fernán Sánchez de Valladolid y Tovar a finales del S. XIII y principios del XIV, luego pasó a su nieto Diego Sánchez Manuel de Valladolid, contador mayor de Enrique III. La propiedad pasó al nieto de D. Diego, Alonso de Valladolid, regidor de la ciudad y contador de los Reyes Católicos.
El 27 de abril de 1601 la casa la compró Juan Bautista Gallo, regidor de Valladolid y depositario general de la ciudad y de la Chancillería.
El 12 de enero de 1605, la viuda de D, Juan, Mariana de Paz Cortés se la cedió a D. Rodrigo Calderón, Marqués de Siete Iglesias, Conde la Oliva de Plasencia y fundador del convento de Porta Coeli o de Las Calderonas, llamadas así en honor a su nombre (2). Al parecer, el aspecto exterior del inmueble amedrentaba a los viandantes, tal y como se refleja en un extracto del libro de Juan Agapito y Revilla “Arquitectura y urbanismo del antiguo Valladolid”. Sus muros fueron testigos de un hecho histórico, el nacimiento de Enrique IV, conocido como el Impotente, en el año 1425. Debido a este acontecimiento, a la casa se le concedió el derecho de asilo, las famosas aldabas eran la señal de estar distinguida con este privilegio, que fue confirmado el 29 de julio de 1524 por Carlos I de forma que las personas que tuvieran problemas con la justicia y llamaran a su puerta tenían inmunidad en su interior.

Patio de la Casa de las Aldabas. El círculo rojo señala la Residencia Universitaria Reyes Católcos
(Fotografía Cortesía de Angel Valle)

El nacimiento del futuro rey, junto con los inquilinos que habitaron sus habitaciones, como don Rodrigo Calderón, marqués de Siete Iglesias, le valieron la posición de una de las más notables de la ciudad. La fuente que se encontraba en el patio de la casa fue obra del escultor Juan de Juni. Don Rodrigo encargó a Diego de Praves las obras de reforma de la casa, y en ellas estaban cuando fue detenido el 20 de Febrero de 1619 acusado de asesinato y brujería. No llegó a verlas finalizadas, ya que fue ajusticiado el 21 de Octubre de 1621.
La casa fue confiscada, y luego devuelta a su viuda Dª Inés de Vargas por concesión de Felipe IV del 20 de enero de 1623.
Al igual que otros muchos edificios civiles de Valladolid, desapareció en “los años del desarrollismo”, en la década de los sesenta concretamente en 1963, debido a que ocupaba un espacio muy atractivo en el que se podían construir casas y hacer un buen negocio, explica la doctora en Historia del Arte de la Universidad de Valladolid, María Ángeles Fernández del Hoyo.


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Fuente: El Norte de Castilla publicado el 31-07-2010. (Esther Fuentes).(Edificios para el recuerdo)
(1): Las calles de Valladolid. Juan Agapito y Revilla
(2): Valladolid Web

Comentarios

Rubén ha dicho que…
Es lamentable que edificios así desaparezcan por la especulación. En Gijón también perdimos interesantes construcciones por culpa de las "restauraciones" parciales, derribos "controlados" y "reinterpretaciones". Una vergüenza.
Saludos.
Anónimo ha dicho que…
te hemos leído desde nuestro centro escolar en Valladolid, Reinado del Corazón de Jesús, y nos ha gustado mucho tu blog, felicidades de parte de los alumnos de 4ºde ESO.