La provincia vallisoletana ha sido poblada y colonizada por diferentes pueblos y culturas. Sus orígenes se remontan al asentamiento celtíbero de los vacceos, más tarde habitada por el pueblo romano, seguida por los pueblos godos, musulmanes y cristianos.
El Conde D. Pedro Ansúrez, convierte a Valladolid en el centro de sus dominios, crea la Colegiata de Santa María de la Antigua y el Puente Mayor, organiza la vida ciudadana haciendo de nuestra ciudad un verdadero centro burocrático.
Pedro Ansúrez
Este impulso inicial contribuirá a hacer de ella en apenas dos siglos el centro de la corona de Castilla. Es en el siglo XIII con Fernando III y Alfonso X cuando la ciudad alcanza uno de sus mayores momentos de esplendor. Doña María de Molina, reina y regente de Castilla durante 30 años, en torno al 1.300, establece su residencia en ella, y la engrandece notablemente.
Aquí se establece también uno de los tristemente famosos Tribunales de la Santa Inquisición. A raíz de la relevancia y poder perdido por la nobleza castellana durante el reinado de los Reyes Católicos, surge una rebelión a la muerte de Isabel la Católica, contra el absolutismo real y el sacrificio de los recursos Castellanos a la política Europea impuesto por la corte flamenca de Carlos I. Valladolid se convierte así en el centro del movimiento de los Comuneros de Castilla hasta su derrota definitiva en Villalar en 1.521.
Fué capital del imperio en los reinados de Felipe II y Felipe III y lugar de nacimiento de Enrique IV, Felipe II, Felipe IV.
En 1.559 y según los cronistas de la época, debido a circunstancias económicas -como la escasez de madera en la zona, tan necesaria para la construcción-, se traslada la Corte a Madrid; lo que iniciará la decadencia de la ciudad que durante el siglo XVII verá reducir su población a la mitad.
El 21 de septiembre de 1.561 se declaró un pavoroso incendio en Valladolid, a consecuencia del cual la zona del centro quedó gravemente dañada.
Por primera vez en España se diseña una plaza Mayor de disposición regular que servirá de ejemplo para otras construcciones posteriores. En la misma época, el rey encomienda a Juan de Herrera la construcción de unos grandes depósitos con una costosa obra de acueductos para abastecer de agua a la ciudad (Arcas Reales).
Las hábiles gestiones del Duque de Lerma, valido del rey Felipe III, dieron como resultado el traslado de la Corte nuevamente a Valladolid en 1601, que solo pudo mantenerse hasta 1606, año en que retornará a Madrid.
La ciudad se irá degradando paulatinamente y no se recuperará hasta la segunda mitad del siglo XIX con el gran desarrollo industrial. Bajo la alcaldía de Don Miguel Iscar, Valladolid se pondrá a tono con las ciudades más modernas de España, convirtiéndose a partir de los años sesenta en uno de los focos industriales de la España interior, iniciando un crecimiento poblacional vertiginoso que llega hasta nuestros días.
Valladolid ha sabido combinar el esplendor del pasado con el avance y el desarrollo necesarios en nuestros días. Prestigiosos escritores, poetas, escultores, etc. del pasado y del presente, como Miguel de Cervantes, José Zorrilla, Gaspar Núñez de Arce, Rosa Chacel, Miguel Delibes, Jorge Guillén, Gregorio Fernández, etc. han tenido aquí su cuna o viven en esta ciudad.
-Fuente: http://www.ymca.es/valladolid/09valladolid/index.php
-Fuente: http://www.lablaa.org/blaavirtual/historia/paperi/v2/v36/36/ppi5.htm
-Fuente: http://viajarvalladolid.wordpress.com/2007/05/14/algunos-rincones-singulares-de-valladolid/
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