Palacio de los Vivero
Se trata en rigor de tres edificios: el Palacio de los Vivero, la Chancillería y la Cárcel de la Chancillería, formando un gran conjunto alineado.
Palacio de los Vivero
Estas casas fueron edificadas a mediados del siglo XV por don Alonso Pérez de Vivero, vizconde de Altalmira. Hecho trascendental fue el matrimonio de Fernando V de Aragón e Isabel de Castilla, celebrado en esta mansión el 14 de octubre de 1469. Los Reyes Católicos emprendieron la política de sometimiento de la nobleza, y entre otras medidas ordenaron si no el desmantelamiento, por lo menos la disminución de la capacidad defensiva de las moradas. La casa de los Vivero era en rigor un baluarte, es decir, un verdadero castillo-palacio.
Palacio de los Vivero
En efecto, por un documento de 22 de abril de 1475 los monarcas ordenaban derribar barreras, torres, almenas, garitas, de esta casa, de suerte que no quedaran en la misma “fuerzas, ni señal alguna de fortaleza”. Los Reyes Católicos no vacilaron en acometer este desmochamiento de los elementos defensivos de la casa, pues en aquel mismo año se habían alojado en ella y se percataron del riesgo de conservarla en dicho estado.
Palacio de los Vivero
Ante el crecimiento que iba experimentando la Real Chancillería, los Reyes Católicos proyectaron alojarla dignamente. A tal efecto don Alfonso Pérez de Vivero vendió su palacio a la Corona y ésta lo entregó a la Chancillería. Los Vizcondes de Altamira se construyeron otro palacio, en la Corredera de San Pablo.Para el debido conocimiento de la casa poseemos los informes de las historias de Valladolid de Antolinez de Burgos y de Canesi. El ejemplar ilustrado de la Biblioteca Nacional del primero presenta un diseño de la fachada. A los lados de la puerta figuraban los pilares con leones, portando escudos. Sobre la puerta se hallaba la inscripción conmemorativa de la fundación, coronada por el escudo de la monarquía. Disponía la casa de un remate en forma de espadaña, con su campanario.
Canesi añade que había otra puerta “por donde se manda el Presidente, que da a la sala del crimen”. Como la principal, tenía también dos postes con leones, y cadenas, en señal de jurisdicción.
El cuerpo del enlucido de la fachada es de sólida cantería, mientras que el alto es de ladrillo. Esto coincide con la orden de demolición de la obra fuerte de la casa. Todos los huecos están alterados.
Archivo de la Chancillería
Juan I de Castilla dio el nombre de Chancillerías en 1387 a las audiencias creadas por Enrique II para administrar justicia. Se componía de ocho oidores (o jueces letrados), dos prelados y los chancilleres de gracia y justicia, que se encargaban de sellar los documentos.
La Chancillería estaba presidida por un gobernador (o regente), dieciséis oidores (o jueces de lo civil), tres alcaldes del crimen agrupados en cuatro salas de lo civil, una de lo criminal y otra de los hijosdalgo (exclusivamente para los pleitos de la nobleza).
Las sentencias de la Chancillería eran irrevocables; aunque en un caso grave podía recurrirse al Consejo de Castilla.
1525, mayo, 4. Valladolid
Ejecutoria librada a favor de Juan de la Fuente, vecino de Ávila,
en el pleito criminal seguido contra María Fanega, acusada de brujería.
Ejecutoria librada a favor de Juan de la Fuente, vecino de Ávila,
en el pleito criminal seguido contra María Fanega, acusada de brujería.
El origen de este Tribunal está en las Cortes de Toro del año 1371 convocadas por Enrique II, y su definitivo asiento en Valladolid. Ordenado ya en las Cortes de Valladolid de los años 1442 y 1447, fue determinado en las Ordenanzas dadas a la Real Audiencia y Chancillería en Medina del Campo, año 1489, durante el reinado de los Reyes Católicos, permaneciendo en Valladolid hasta su supresión en el año 1834.
En su primera época, la Chancillería tuvo un carácter ambulante, pero durante el reinado de los Reyes Católicos solía residir en Valladolid.
También estuvo en Medina del Campo de 1601 a 1605 por haberse mudado la Corte a la ciudad de Valladolid, trasladada luego al "Palacio de las Cuatro Torres" (rehecho como actual Capitanía General) de la ciudad de Burgos nueve meses entre 1605-1606, volviendo a la ciudad de Valladolid cuando la Corte volvió a la villa de Madrid.
La importancia que la Real Audiencia y Chancillería fue tomando determinó un crecimiento desmesurado de la documentación, cuya consulta era tan necesaria. Téngase presente que en la Chancillería se han tramitado los pleitos más substanciosos, en el orden civil y criminal, de la mitad norte de la Península, ya que la Chancillería de Granada se ocupaba de los asuntos de localidades situadas al sur del río Tajo. Figura también la documentación referente a ejecutorias.
Por todo ello, Felipe II ordenó la construcción de un edificio para archivo, el cual se levantó a espaldas del Palacio de los Vivero y en comunicación con él. Núcleo de este edificio era un patio provisto en su cuerpo bajo por una galería de arcos de medio punto sobre columnas toscanas. Se conserva la inscripción conmemorativa: “Philipos Dei gratia Hispania(rum) rex fecit 1562”.
La necesidad de mejorar la instalación, tanto para conservación de los documentos, como para atención de los investigadores, movió a emprender la construcción de otro edificio en los años 80 del siglo XX, siendo el arquitecto don Anselmo Arenillas, quien ha respetado el estilo del edifico anterior, conservando el tema principal : el patio. Para la documentación se dispuso de un gran bloque, con la debida iluminación, aireación y temperatura.
Hasta la entrada en servicio de este nuevo depósito incombustible, cumplió la función el que se levantó a partir de 1675, según proyecto conjunto para archivo y cárcel del arquitecto Nicolás Bueno, y cuya realización llevaron a cabo Felipe Berrojo, Juan de Medina Argüelles y Juan Tejedor Lozano. Es un edificio sencillo, pero robusto. Tiene disposición rectangular, dividiéndose el interior en tres crujías; la cubierta es a base de monumentales vigas de madera. En los mentados años 80 sufrió un grave incendio que lo dejó arruinado.
Desde el punto de vista artístico, el archivo contiene elementos valiosos. En los mismos legajos se hallan testimonios gráficos aportados para los pleitos, como pinturas, planos y diseños. Las pinturas, ejecutadas al óleo sobre lienzo, ofrecen la topografía de los lugares en litigio. Han sido restauradas y ofrecen, junto al propio interés topográfico, el de presentar edificios antiguos.
La sección de ejecutorias cuenta asimismo con otro valor artístico: las miniaturas con que se decoran las correspondientes a hidalguías. En efecto, los beneficiarios deseaban mostrar su título adornado con miniaturas, que muestran su escudo, el retrato de los miembros de la familia y escenas religiosas, muy principalmente el tema de la Inmaculada.
Cárcel de Chancillería
Dependencia inexcusable en la Chancillería era la cárcel, que hubo de hacerse contigua para evitar el traslado de los presos para su asistencia a los juicios. Tuvo que edificarse con el aseo que corresponde al alto tribunal, pero también con las condiciones de capacidad y seguridad necesarias. Se fabricó en piedra de sillería, y con muros muy robustos, asegurándose los huecos con rejas de recios barrotes de hierro.
El edificio comienza a levantarse en 1675, pero su realización fue lenta, como bien ha documentado Martín Postigo. Se trabajaba a fondo en 1679, pero luego hubo un alto en las obras. Aparte de los arquitectos mencionados, también intervino Pedro de Biermo. La cárcel ya se utilizaba en 1703.
Antigua Cárcel
Es un oficio de planta cuadrada, provisto de patio central, de pilares cuadrados. Es exterior tiene aspecto palaciego, ordenándose con rigurosa simetría. A los lados van dos torres, enrasadas con la alineación de la fachada. La puerta aparece envuelta en baquetón, de marco quebrado. Sobresale una peineta, en que figura el escudo real, en el que han sido borradas las armas.
Se adorna con pirámides. Una imposta plana separa los dos pisos de que consta el edificación. Los huecos resultan espaciosos, pero ya se ha indicado que se guardan con sólidas rejas. En cuanto al estilo, se mantiene aún dentro de la corriente postescurialense, sin acusar la ornamentación barroca que entonces ya se prodigaba, precisamente por Felipe Berrojo. Pero sin duda la índole de edificio excusaba estos primores.
Patio de lo que fué la carcel, que ahora alberga la biblioteca
Con la inauguración de la nueva carcel en 1935 el edificio cayó, en desuso, pasando a ser conocido como "Carcel Vieja". Desde 1988 alberga la Biblioteca Universitaria Reina Sofía y la Casa del Estudiante, propiedad de la Universidad de Valladolid.
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