A principios de los años 80 Valladolid contaba tan solo con una prisión con capacidad para 80 reclusos, era la situada en la calle Madre de Dios, ahora reconvertida en un Centro Cívico. Esta prisión en el año 1981 tenía 174 internos, es decir, más del doble. Estaba situada en el centro de la ciudad, y, según reconoció el Director General de Instituciones Penitenciarias de la época Enrique Galavís, «no estaba en condiciones de satisfacer ni cumplir lo que estipulaba la ley orgánica general Penitenciaria».
Estos tres motivos llevaron al Ministerio de Justicia y al Ayuntamiento a entrar rápidamente en negociaciones para solucionar el problema y, finalmente, se llegó al acuerdo definitivo.
La nueva prisión provincial, «que no sería de máxima seguridad, sino normal», se edificaría en el pago llamado Navabuena, cerca de la localidad de Villanubla, a veinte kilómetros del centro de Valladolid. Constaría de cuatro módulos (menores de veintiún años, adultos, peligrosos y condenados a penas cortas), más otro especial para toxicómanos. Tendría además una zona de «arresto fin de semana», otra de régimen abierto y veinte celdas individuales para mujeres.
El 22 de junio de 1985 el proyecto se hacía realidad con la inauguración de la nueva prisión. El presidente del Congreso de los Diputados, Gregorio Peces Barba inauguró el nuevo Centro Penitenciario de Valladolid construido con 112.360 metros cuadrados con 406 celdas y un presupuesto superior a los 1.700 millones de pesetas.
El contacto de las autoridades con los internos fue fugaz y se aprovechó para comunicarles las gestiones hechas para resolver el problema del transporte de los familiares al centro, distante unos 20 kilómetros de la ciudad.
El nuevo Centro Penitenciario contaba como ya se ha dicho con 406 celdas distribuidas de la siguiente forma: 96 adultos, 72 penados, 72 jóvenes, 15 toxicómanos, 49 nocivos, 19 aislamiento, 14 fin de semana, 10 régimen abierto (4 de ellas triples), 32 mujeres (2 módulos), 17 ingresos (1 de ellas cuádruple), 10 enfermería (además 2 grandes salas generales). En el edificio podían diferenciarse tres apartados: Infraestructura complementaria desde las diferentes zonas de conexión hasta la parcela del Centro Penitenciario. Edificios penitenciarios propiamente dichos y Zona de viviendas unifamiliares de funcionarios.
Los edificios penitenciarios propiamente dichos son: Los de Acceso, que constan de zona de cuerpo de guardia, administración y dirección, relaciones con el público, régimen abierto.
En el edificio de Ingresos están: Régimen de fin de semana, ingresos, locutorios, centro penitenciario de mujeres (penadas y preventivas), zona de control del Centro.
Desde este edificio se accede a través de un pasadizo a la zona de módulos. En este pasadizo y entre rastrillos, se encuentra un pequeño espacio para despachos. Pasando el rastrillo se accede a los Módulos, distribuidos en siete edificios dependientes unidos por un pasillo central.
El objetivo principal en el diseño de los edificios penitenciarios fue el crear una total independencia de funcionamiento entre los diferentes módulos, para optimizar los desplazamientos.
En 1992 se creó el módulo de presos peligrosos recién desarrollada la normativa de los FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento). Dicho módulo cerró en 2009 siendo trasladado a otra prisión más nueva.
En la actualidad en número de funcionarios se ha multiplicado por seis. La prisión en general es un complejo muy antiguo que necesitaría amplísimas reformas.
-Fuente: Norte de Castilla (23-06-1985) y Diario el País (Luis Miguel de Dios) / 17-07-1981
Estos tres motivos llevaron al Ministerio de Justicia y al Ayuntamiento a entrar rápidamente en negociaciones para solucionar el problema y, finalmente, se llegó al acuerdo definitivo.
La inauguración fue multitudinaria, lo que en algunos momentos dificultó el desarrollo de la visita de las primeras autoridades al nuevo Centro Penitenciario.-Foto Cacho
La nueva prisión provincial, «que no sería de máxima seguridad, sino normal», se edificaría en el pago llamado Navabuena, cerca de la localidad de Villanubla, a veinte kilómetros del centro de Valladolid. Constaría de cuatro módulos (menores de veintiún años, adultos, peligrosos y condenados a penas cortas), más otro especial para toxicómanos. Tendría además una zona de «arresto fin de semana», otra de régimen abierto y veinte celdas individuales para mujeres.
El 22 de junio de 1985 el proyecto se hacía realidad con la inauguración de la nueva prisión. El presidente del Congreso de los Diputados, Gregorio Peces Barba inauguró el nuevo Centro Penitenciario de Valladolid construido con 112.360 metros cuadrados con 406 celdas y un presupuesto superior a los 1.700 millones de pesetas.
El contacto de las autoridades con los internos fue fugaz y se aprovechó para comunicarles las gestiones hechas para resolver el problema del transporte de los familiares al centro, distante unos 20 kilómetros de la ciudad.
El nuevo Centro Penitenciario contaba como ya se ha dicho con 406 celdas distribuidas de la siguiente forma: 96 adultos, 72 penados, 72 jóvenes, 15 toxicómanos, 49 nocivos, 19 aislamiento, 14 fin de semana, 10 régimen abierto (4 de ellas triples), 32 mujeres (2 módulos), 17 ingresos (1 de ellas cuádruple), 10 enfermería (además 2 grandes salas generales). En el edificio podían diferenciarse tres apartados: Infraestructura complementaria desde las diferentes zonas de conexión hasta la parcela del Centro Penitenciario. Edificios penitenciarios propiamente dichos y Zona de viviendas unifamiliares de funcionarios.
Los edificios penitenciarios propiamente dichos son: Los de Acceso, que constan de zona de cuerpo de guardia, administración y dirección, relaciones con el público, régimen abierto.
En el edificio de Ingresos están: Régimen de fin de semana, ingresos, locutorios, centro penitenciario de mujeres (penadas y preventivas), zona de control del Centro.
Desde este edificio se accede a través de un pasadizo a la zona de módulos. En este pasadizo y entre rastrillos, se encuentra un pequeño espacio para despachos. Pasando el rastrillo se accede a los Módulos, distribuidos en siete edificios dependientes unidos por un pasillo central.
El objetivo principal en el diseño de los edificios penitenciarios fue el crear una total independencia de funcionamiento entre los diferentes módulos, para optimizar los desplazamientos.
En 1992 se creó el módulo de presos peligrosos recién desarrollada la normativa de los FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento). Dicho módulo cerró en 2009 siendo trasladado a otra prisión más nueva.
En la actualidad en número de funcionarios se ha multiplicado por seis. La prisión en general es un complejo muy antiguo que necesitaría amplísimas reformas.
-Fuente: Norte de Castilla (23-06-1985) y Diario el País (Luis Miguel de Dios) / 17-07-1981
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