Era el 27 de mayo de 1984. Seis mil hombres, cuatrocientos vehículos y casi un centenar de aviones participaron en el gran desfile del Día de las Fuerzas Armadas en Valladolid. En un ambiente de fiesta sin incidentes que pertubaran la tranquilidad, Valladolid recuperó, por unas horas, la capitalidad de España.
El acto contó con una parada militar en la Plaza Mayor, con los honores a la bandera en el Campo Grande y con el desfile militar en el paseo de Zorrilla. Los Reyes llegaron a la capital de Pisuerga en helicóptero poco antes de las once de la mañana. Ya en la plaza de Zorrilla y tras los honores de Ordenaza, el Rey saludó a las autoridades.
Don Juan Carlos, escoltado por la Guardia Real a caballo, llegó a la tribuna real en un Rolls descapotable acompañado por la Reina Doña Sofía, el Príncipe de Asturias y las infantas. El capitán general de la VII Región Militar, teniente general Prudencio Pedrosa Sobral, abrió el desfile. Luego, la columna motorizada con las unidades motoacorazadas del Tercio de la Armada, regimientos de Infantería, unidades de la Brigada de Caballería Jarama, cañones antiaéreos y una representación de las unidades motorizadas.
Simultaneando con la columna motorizada y en sentido contrario, el desfile aéreo. Aviones de los tres Ejércitos cruzaron en perfecta formación el cielo de Valladolid.
Tras un tiempo muerto hizo su aparición la columna de a pie. En primer lugar, una compañía de la Guardia Real, después representacioness de las Academias Militar y Naval, unidades de los tres ejércitos y de la Guardia Civil. Esta última se llevó la ovación más cerrada.
Por fin, tras un corto intervalo, la Legión militar, con las camisas abiertas, desfilando al compas de su propia música y a un ritmo de 140 pasos por minuto.
Al finalizar el desfile, el Rey hizo subir al capitan general de la VII Región Militar a su tribuna y le felicitó. La familia Real abandonó la tribuna entre aplausos.
La tranquilidad en Valladolid fue absoluta. Tan solo un grupo de pacifistas que ya desde semanas antes intentaron hacerse notar fueron eclipasdos ante el apoyo mayoritario de los vallisoletanos a las FAS.
-Fuente: Diario ABC (28 de mayo de 1984) y El Día de Valladolid 8 de marzo de 2012.
Comentarios
Por fortuna, y aunque aquí se narre muy de pasada y con un corta-pega de lo narrado por el periódico ABC en su día (de muy dudosa imparcilidad),si que me veo en la obligación de señalar en voz alta que si hubo una contestación social muy importante, que venía respaldada por el referendum sobre el ingreso de la OTAN, y que por fortuna para la ciudad años después sirvio para desarrollar muchos movimientos pacifistas de gran calado durante los años 80 y 90 hasta la supresión del servicio militar obligatorio. Un ejemplo fue la añorada Casa de la Paz ubicada en la calle de San Blas.
La OTAN en la que nos metió González.
El servicio militar que eliminó Aznar.
Qué risa.
Por Dios, chaval. Hagaselo mirar
Asi mismo, no digo que se actuara correctamente con la retirada de la mediana del Paseo de Zorrilla, pagada por los contribuyentes vallisoletanos, pero fue un momento que para recordar el ver a nuestros militares desfilando en nuestra gran localidad.