Septiembre de 1903. Alfonso XIII visita Valladolid


Por Godofredo Garabito
En septiembre de 1903 se inauguraron en Valladolid las obras de construcción de la "Granja Experimental de Enseñanza Agrícola". Para la inauguración de las obras iba a contarse con la presencia del monarca Alfonso XIII.
La visita regia era un acontecimiento al que la ciudad, cuna de reyes, estaba habituada. No en vano habían estado en ella en el último siglo Fernando VII, Isabel II, doña María Cristina y Alfonso XII. De cualquier modo, exigía lógicamente ultimar los preparativos de una manera especialmente cuidadosa. Era una tarea en la que las diversas autoridades pincianas habían de esmerarse. Pese a las dificultades económicas se acordó por mayoría una serie de puntos interesantes:

1) Inaugurar las obras de edificación de la Granja Experimental, invitando al rey a colocar la primera piedra. Se invitaría al acto a todas las corporaciones oficiales.

2) Iluminar las fachadas del palacio de la Diputación y levantar un arco conmemorativo.

3) Colaborar con el Ayuntamiento para dar solemnidad a las funciones de gala, a las representaciones teatrales y a los toros.

Alfonso XIII con uniforme de gala, desciende del carruaje para saludar a los toreros
que intervinieron en la corrida regia celebrada el 12 de septiembre de 1903, entre ellos Luis Mazzantini,
protagonista de un brindis que primero sorprendió y después conmovió al monarca,
que le regaló un alfiler de esmeraldas y brillantes. / Archivo Editorial.

4) Dar una comida extraordinaria a los asilados en los centros de beneficencia provincial.

5) Obsequiar convenientemente a los alcaldes de los pueblos durante su estancia en la capital.

En los días siguientes la prensa continuó desgranando nuevas acerca de la febril actividad provocada por los preparativos indispensables.
Al fin, el viernes 4 de septiembre «El Norte de Castilla» se hacía eco del plan del viaje y estancia reales, presentado por el alcalde don Alfredo Queipo de Llano.
La llegada de Alfonso XIII, en tren, estaba prevista para las 16,00 horas del día 9 de septiembre. Desde la Estación del Norte el cortejo se dirigiría a la Catedral, donde se cantaría un solemne Tedeum, tras lo cual el rey saldría para el palacio de Capitanía, donde estaba prevista la recepción oficial.

Arcos de triunfo levantados en Valladolid con motivo de la visita real
en 1903. entre cuyos actos destacaba la colocación de la primera piedra de la
Granja Experimental que hoy ocupa la sede presidencial de la Junta de Castilla y León.

Por la noche la plaza de San Pablo había de ser escenario de conciertos de música a cargo de bandas militares, así como de las actuaciones de los orfeones «Pinciano» y «Castilla», sin que faltaran las dulzainas típicas de la tierra. Para el día 10 se preveía la visita a edificios públicos y monumentos de la ciudad, además de una función de gala en el Teatro Calderón. La jornada del día 11 transcurriría entre la celebración del cumpleaños de S.A.R. la Princesa de Asturias, la corrida de toros en honor del joven rey y la función nocturna de fuegos artificiales, con iluminación de la fachada de San Pablo.

Alfonso XIII firmando el acta de colocación de la primera piedra del monumento a Colón

Al fin el día 12, junto con nuevos agasajos a don Alfonso, se procedería a la inauguración de la Granja Escuela, colocando su primera piedra.
La última etapa de la estancia real, el día 13, quedaría henchida con una Misa de campaña en el paseo del Campo de Marte y la colocación de la primera piedra de un nuevo monumento, el dedicado a Cristóbal Colón. El rey emplearía la tarde en visitar Palencia. Por último, en la mañana del día 14 abandonaría la ciudad del Pisuerga rumbo a San Sebastián.
De acuerdo con las costumbres imperantes, la visita real era ocasión que merecía un esfuerzo en el terreno de las labores asistenciales y la satisfacción de las necesidades de los menesterosos. Por ello el Ayuntamiento acordó costear 2.000 raciones para los pobres de la ciudad durante los cuatro días de estancia del rey, a razón de 250 comidas y otras tantas cenas diarias. Así lo señalan, entre otras informaciones, la aparecida el día 5 en «El Norte de Castilla».
Las noticias de prensa en los días y momentos inmediatamente anteriores a la llegada de Alfonso XIII eran ricas en detalles sobre la preparación de las estancias que ocuparía su majestad, en el palacio de Capitanía, la puesta a punto de la iluminación urbana, los últimos retoques previos al acto religioso previsto en la Santa Iglesia Catedral, obsequios preparados para el rey, ofrecimientos de vajillas de plata para servicio de la familia real, recuerdos conmemorativos del acontecimiento y un largo etcétera.
Días después de la partida del monarca, el Consistorio decidió agradecer la visita regia cambiando el nombre de la popular «Acera de Recoletos», que pasaba a denominarse de «Alfonso XIII».

El Consistorio decidió agradecer la visita regia cambiando
el nombre de la popular «Acera de Recoletos», que pasaba a denominarse de «Alfonso XIII»

Abundando en el regocijo que también habían manifestado otros medios, el semanario «Castilla», una semana después de haberse despedido el monarca, seguía haciéndose eco del orgullo irrefrenable que henchía a muchos ciudadanos y autoridades:
«Ni un solo lunar ha existido en el viaje…». Incluso llega a rozar la exaltación lírica cuando, recordando el paso del rey bajo el arco levantado por la Sociedad Industrial Castellana, afirma:
«Las esbeltas chimeneas comenzaron a echar humo oloroso, que completamente parecía incienso quemado en aras del trabajo y de la virtud. El espectáculo fue verdaderamente emocionante, pues desde el Sol para abajo, todo era alegría, cariño, belleza»

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